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“¿Qué saber sobre el Cáncer de Próstata?”. Por: Dr. Julio César López Silvestre

Febrero 2017

¿Qué es la próstata?

La próstata es una glándula que forma parte del sistema reproductor masculino. Es casi del mismo tamaño que una nuez, y pesa aproximadamente 25 gramos.

La principal función de esta glándula es la producción de líquido seminal. Durante la eyaculación, los espermatozoides producidos en los testículos son expulsados a la uretra al mismo tiempo que el líquido producido en la próstata y las vesículas seminales.  Esta combinación es llevada al exterior a través de la uretra.

¿Qué es el cáncer?

El cáncer se origina cuando las células en alguna parte del cuerpo comienzan a crecer sin control. El crecimiento de las células cancerosas es diferente al crecimiento de las células normales. En lugar de morir, las células cancerosas continúan creciendo y forman nuevas células anormales. Las células cancerosas pueden también invadir o propagarse a otros tejidos, algo que las células normales no pueden hacer. El hecho de que crezcan sin control e invadan otros tejidos es lo que hace que una célula sea cancerosa. Las células se transforman en células cancerosas debido a una alteración en el ADN (ácido desoxirribonucleico). El ADN se encuentra en cada célula y dirige todas sus actividades. En una célula normal, cuando se altera el ADN, la célula repara la alteración o muere. Por el contrario, en las células cancerosas el ADN alterado no se repara, y la célula no muere como debería. En lugar de esto, la célula persiste en producir nuevas células que el cuerpo no necesita. Todas estas células nuevas tendrán el mismo ADN alterado que tuvo la primera célula anormal.

Las personas pueden heredar un ADN anormal (lo adquieren de sus padres), pero con más frecuencia la alteración del ADN es causada por errores que ocurren durante la reproducción de una célula normal o por algún otro factor en el ambiente. Algunas veces, la causa del daño al ADN puede ser algo obvio, como el fumar cigarrillos o la exposición solar. Sin embargo, rara vez se sabe exactamente qué causó el cáncer en una persona.

En la mayoría de los casos, las células cancerosas forman un tumor. Con el paso del tiempo, los tumores pueden reemplazar el tejido normal, lo desplazan y lo colocan en una situación anatómica anormal.

Entonces, ¿en qué consiste el cáncer de próstata?

El cáncer de próstata es el que se produce en las células glandulares que producen el líquido seminal que se secreta por la próstata.  Aunque la próstata está formada por muchos tipos de células diferentes, más del 99% de los cánceres de próstata se desarrollan sobre estas células. Al cáncer que se origina en las células glandulares se denomina “adenocarcinoma”. Debido a que los otros tipos de cáncer de próstata son muy raros, cuando se habla de cáncer de próstata, lo más probable es que se refiera a un adenocarcinoma. Es raro encontrar sarcomas, carcinoma de células transicionales, de células pequeñas, epidermoides o escamosos. La próstata puede ser asiento de metástasis, de cáncer de vejiga, colon, pulmón, melanoma, linfoma u otras neoplasias.

El desarrollo de nuestro país y el aumento en la esperanza de vida han traído consigo el envejecimiento de la población y el concurrente incremento de enfermedades crónico-degenerativas; entre ellas destacan por su frecuencia las neoplasias malignas (el cáncer), que desde 1989 ocupan en México el segundo lugar como causa de muerte en general.

El cáncer de próstata es una de las neoplasias malignas más frecuentes en los hombres, registrando aproximadamente 71.7 casos por cada 100 mil habitantes. La prevalencia en la población, es decir, el número de casos existentes, se desconoce pero, se trata de un tumor que aumenta progresivamente con la edad (igual que la hiperplasia benigna de próstata).  En estudios sobre autopsias se ha encontrado cáncer de próstata en el 10.6% de los varones de 50 a 59 años, en el 43.6% de los de 80 a 89 años y hasta en el 83% de los varones de 90 a 99 años. De esto resulta la creencia de que todos los hombres en algún momento de su vida van a desarrollar un cáncer de próstata.

Y ¿qué es el cáncer de próstata localizado?

Es el cáncer de próstata que no se ha extendido más allá de la glándula. Es la etapa inicial del tumor y en la cual idealmente debe identificarse. Las acciones de combate a esta enfermedad se centran en la promoción de estilos de vida más sanos, la prevención de riesgos específicos entre los sectores de la población más expuestos así como en la detección oportuna de los casos y en la atención temprana de los enfermos.

Si la detección se efectúa una vez que el tumor se ha extendido a otras partes del organismo, será más difícil de tratar. El riesgo de morir por el cáncer se incrementa.

¿Cuáles son los síntomas más comunes del cáncer de próstata?

El cáncer de próstata sólo se presenta síntomas cuando su tamaño rebasa el tamaño normal (pudiendo dar obstrucción al vaciamiento de la vejiga), o bien cuando tiene algún grado de extensión.

En este sentido es importante mencionar que a medida que el varón envejece puede ir presentando síntomas urinarios asociados a ese envejecimiento. Estos síntomas urinarios pueden incluir una disminución de la calidad y fuerza del chorro de la orina, aumento de la frecuencia de las micciones (tanto en el día como en la noche), dificultad para iniciar la micción, urgencia urinaria, etc.  Si bien estos síntomas no necesariamente significan que existe un cáncer en la próstata, es importante identificarlos para que mediante las evaluaciones y los estudios correspondientes se determine la causa exacta de los mismos.

¿Cómo se identifica a los pacientes que tienen un cáncer de próstata en etapas iniciales?

Debido a que no existen signos ni síntomas que indiquen la presencia de un cáncer de próstata en etapas iniciales, se recomiendan evaluaciones “preventivas” para detectar oportunamente la enfermedad.

Estas evaluaciones se apoyan principalmente en dos pruebas:

Una es la determinación en sangre de una proteína circulante llamada “antígeno prostático específico” (APE) , cuyo nivel se correlaciona con el volumen tanto del tejido benigno como el maligno. El APE se considera normal cuando sus valores se encuentran ≤ 4 nanogramos por mililitro (ng/ml); se considera intermedio si oscila entre 4.1 – 10 ng/ml y altamente sospechoso de malignidad cuando se encuentra por arriba de 10 ng/ml.  Habitualmente los dos últimos valores requieren de una biopsia de la próstata (procedimiento que permite obtener tejido de la glándula para analizarlo), ya que las dos terceras partes de los casos de cáncer de próstata se detectan en las personas con valores de APE en 10 y más ng/ml.

La otra prueba de utilidad en la detección oportuna de enfermedades de la próstata (incluyendo por supuesto al cáncer) es el examen rectal digital. Esta exploración permite al médico evaluar la superficie más periférica de la próstata que es donde se desarrollan la mayoría de los tumores. Es importante hacer énfasis en que se trata de una evaluación imprescindible y vigente en la actualidad tanto o más que cualquier otra.

¿Qué factores de riesgo hay para esta enfermedad?

El cáncer de próstata es un tumor dependiente de la hormona masculina testosterona.  Todos los varones hormonalmente sanos están expuestos. Sin embargo, existen factores adicionales que pueden influir tanto a favor como en contra del desarrollo de la enfermedad.

Se sabe que algunas razas de seres humanos tienen mayor predisposición; tal es el caso de la raza negra y los escandinavos. Por el contrario, los japoneses tienen la más baja incidencia de la enfermedad.

Existe también el factor genético, de tal manera que si en línea directa se tiene un familiar con cáncer de próstata (abuelo, padre, hermano), el varón tiene un mayor riesgo de desarrollarlo también.  Esto es particularmente cierto cuando el tumor se desarrolló a una edad temprana en el familiar (principalmente antes de los 60 años).

Otro factor de riesgo bien estudiado, y que en forma determinante influye en el desarrollo de la enfermedad, es la alimentación.  En forma muy general se sabe que las dietas ricas en grasas de origen animal y lácteos y sus derivados se asocian a una mayor predisposición a desarrollar cáncer de próstata . Por el contrario, las dietas ricas en frutas, verduras y cereales tienen un factor protector.

Otros situaciones tales como los antecedentes de enfermedades de transmisión sexual, la vasectomía, el tabaquismo y la exposición a ciertos químicos tienen una relación no concluyente con esta enfermedad.  No se ha demostrado su relación directa con el cáncer de próstata.

Y ¿qué tipos de tratamiento existen? ; ¿qué riesgos tienen estos tratamientos?

El cáncer de próstata en etapas iniciales tiene básicamente tres tipos de tratamiento.

Uno es la denominada “vigilancia activa”. Se basa en el hecho demostrado de que algunos casos de cáncer de próstata nunca se diseminan tanto como para hacerse mortales. En este caso, deben hacerse biopsias y revisiones clínicas en forma periódica. En el caso de que el tumor muestre signos de crecimiento o de volverse más agresivo, es posible y debe iniciarse cualquiera de los otros tratamientos. La frecuencia de revisiones y biopsias se determina en forma individual para cada caso.

Otra opción de tratamiento es la “radioterapia” que puede ser  radioterapia externa o bien “braquiterapia”, que es el implante de semillas radioactivas en el tejido prostático mediante punción guiada por ultrasonido. En los casos que lo ameritan, ambos tipos de radioterapia tienen un buen porcentaje de respuesta.

El tratamiento quirúrgico es la otra opción de manejo para el cáncer de próstata localizado.  A esta cirugía se le llama “prostatectomía radical” y define el hecho de que se extirpa la próstata con los tejidos cercanos.  Es el tratamiento convencional por excelencia para el cáncer de próstata localizado.

Estos tratamientos no están exentos de riesgos, principalmente los relacionados a la proximidad de algunas estructuras anatómicas importantes (como el esfínter urinario y los nervios que dan la erección), pero es necesario evaluar detalladamente cada caso, sus condiciones anatómicas y de agresividad del tumor, para determinar los riesgos específicos de cada paciente. En la gran mayoría de los casos, situaciones tales como la incontinencia urinaria y la disfunción eréctil después de un tratamiento de radioterapia o de cirugía radical de la próstata, son sólo temporales y responden adecuadamente a tratamiento médico complementario.

Sin duda, el médico urólogo es el especialista indicado para dar tratamiento al cáncer de próstata, pero requiere de todo el apoyo del paciente para el diagnóstico oportuno; por esto es importante que el varón desarrolle el sentido de la medicina preventiva y del diagnóstico temprano de sus enfermedades.

Acude a revisión urológica una vez al año si eres varón y tienes más de 40 años.
Es una decisión que puede ayudarte a seguir disfrutando la  vida en forma plena.

Dr. Julio César López Silvestre
Urología
Ced. Esp. 4584691
Hospital Satélite®