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El Centro Especializado en Ortopedia y Traumatología del Corporativo Hospital Satélite®, cuenta con más de 35 años de trayectoria, y se ha distinguido por su estabilidad, seguridad, calidad y atención de nuestros pacientes, contando con 25 especialistas con subespecialidad en cadera, rodilla, tobillo, pie, hombro, codo, muñeca, mano y columna. Lo que nos ha posicionado como el hospital número uno en el norte del área metropolitana de la Ciudad de México.
Ubicación: Circuito Misioneros 5, Ciudad Satélite, Naucalpan De Juárez, Estado de México, México.
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- Clínica de rodilla.
- Clínica de hombro.
- Clínica de traumatología.
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- Clínica de codo.
- Clínica de cadera.
- Clínica de pie y tobillo.
- Clínica de muñeca y mano.
- Clínica de osteoporosis.
- Clínica de ortogeriatría.
- Clínica de tumores óseos.
- Clínica de politrauma.
- Clínica de infecciones óseas.
- Clínica de pseudoartrosis.
- Clínica de defectos óseos.
Clinica de rodilla.
Donde valoramos las lesiones de rodilla en todas las edades, más frecuente en deportistas que en su mayoría son personas jóvenes y también problemas degenerativos en personas mayores o con procesos infecciosos como son:
Esguince de rodilla.
Sí usted presenta dolor, inflamación e imposibilidad para doblar y extender la rodilla, puede tener un esguince de la rodilla, que va desde un estiramiento simple de un ligamento que se maneja con analgésicos, frío local, inmovilización con una férula o hasta la rotura, que ocasiona inestabilidad y va a requerir de un manejo quirúrgico.
Lesiones Meniscales.
Es otra de las lesiones más frecuentes en la rodilla, compuestos por estructuras fibrocartilaginosas que amortiguan las fuerzas que se transmiten a la rodilla.
Las lesiones de los meniscos pueden ser traumáticas o degenerativas, por un mecanismo de pivoteo, que consiste en una flexión con la rodilla en carga y rotación en un punto fijo.
El diagnóstico se basa en una historia clínica detallada y por estudios de imagen como la resonancia magnética.
Sus síntomas son: dolor, inflamación, bloqueo articular (sensación de que la rodilla se traba). Estos se pueden lesionar en forma longitudinal, en mago de balde, colgajo, transverso o cuerno roto.
Se pueden reparar (suturar) con flechas o remodelar (plastia). Todo por medio de una artroscopia.
Ventajas de la artroscopia:
- Incisiones mínimas.
- Menor respuesta inflamatoria.
- Menor dolor.
- Reduce el tiempo quirúrgico y de hospitalización.
- Permite una mejor visualización de la articulación.
Ligamentos cruzados.
Los ligamentos son bandas elásticas de tejido que unen los huesos y proporcionan estabilidad a la articulación, dichos ligamentos suelen desgarrarse debido a lesiones traumáticas siendo más comunes en los deportistas de contacto como futbolistas, basquetbolistas, artes marciales, etc.
- La rodilla tiene 2 tipos de ligamentos:
El ligamento cruzado anterior y el ligamento cruzado posterior.
Los síntomas que se pueden presentar son: dolor, inestabilidad para la marcha (sensación de falseo al caminar), inflamación (por hemorragia interna).
Los ligamentos desgarrados en ocasiones no se curan solo con inmovilización, ya que no reciben suficiente suministro de sangre y pueden ameritar una reconstrucción por medio de injerto, ya sea del propio paciente o del banco de tejidos.
Codromalacia patelo femoral.
Es un trastorno donde hay un reblandecimiento del cartílago articular que reviste la rótula y en algunos casos progresa hasta una artrosis patelo femoral, las causas en la mayoría de los casos es desconocida, pero puede ser una desalineación de la rótula o una luxación recidivante.
Se caracteriza por un dolor crónico en la cara anterior de la rodilla, que empeora al sentarse, caminar por pendientes, subir escaleras por un período prolongado. Es más frecuente en mujeres entre los 15 a 35 años. Puede ir desde un reblandecimiento, progresando hasta formar fisuras, deshilacha miento y pérdida de hueso.
El manejo en un principio es conservador con el control de peso, evitar subir escaleras en varias ocasiones, no caminar en superficies irregulares, evitar hincarse, sentarse en cuclillas, deportes de impacto y ejercicios de rehabilitación.
Cuando el tratamiento conservador ha fallado, el manejo es quirúrgico por medio de artroscopia para una limpieza articular con retiro del cartílago dañado y realizar pequeñas perforaciones para estimular la formación de un fibrocartílago, que remplaza al cartílago dañado.
Se puede manejar cuando el daño está más avanzado con traslado osteocondral, al pasar el cartílago normal del sitio donador al sitio dañado o receptor, con un cilindro de hueso que no es de carga, y el injerto se integra, puede ser en forma artroscópica o abierta, dependiendo del daño articular.
Osteoartritis de la rodilla.
El desgaste articular, también conocido como artrosis u osteoartritis, es una enfermedad crónica caracterizada por la desintegración del cartílago de las articulaciones. Puede ser por sobrecarga en el compartimento medial o lateral, por sobrepeso, secuelas de fracturas antiguas, donde se presentan los cambios degenerativos debidos al envejecimiento.
Estos cambios los podemos ver en las radiografías de las rodillas con diminución del espacio articular, prominencias óseas conocidos como osteofitos, quistes marginales, que ocasionan distorsión de la superficie articular.
Existen factores desencadenantes como una predisposición genética para padecer la enfermedad, deformidades angulares como las rodillas en varo “rodillas de charrito” o rodillas en valgo “rodillas en X”, antecedente de un traumatismo importante, antecedente de resección total de meniscos o de infecciones previas, son factores que aceleran la progresión de la enfermedad.
Los síntomas son: dolor, rigidez articular, deformidad, inflamación e incapacidad funcional.
El manejo en un principio es conservador con analgésicos, condroprotector, inyección de medicamentos en la rodilla como el ácido hialurónico, esteroides en cuadros agudos de dolor, uso de un bastón o andadera, calor local y rehabilitación.
El manejo quirúrgico va desde una limpieza articular por artroscopia, corrección del eje mecánico de la rodilla para disminuir las cargas por medio de una osteotomía, que es el corte del hueso en forma de cuña para alinear la rodilla.
Y por último es el reemplazo articular con una prótesis de rodilla que puede ser de un solo compartimento o total de rodilla, dependiendo del daño articular, la edad del paciente y la incapacidad que le está ocasionando al paciente, este procedimiento mejora su calidad de vida.
Luxación de rótula.
Consiste en la salida de la rótula de su lugar habitual evitando con ello los movimientos de la rodilla y causando un dolor intenso e incapacitante, habitualmente aparece en la infancia o adolescencia.
La presentación puede ser traumática o luxación recidivante (que se ha presentado en varias ocasiones), siendo la primera la más común. Los síntomas son: dolor intenso, incapacidad para cualquier movimiento con la rodilla y aumento de volumen.
El manejo en un principio es conservador con analgésicos, inmovilización de la rodilla y rehabilitación, si persiste la luxación el manejo es quirúrgico, dependiendo de la causa de la luxación, hay que estudiar bien a estos pacientes con otros estudios radiológicos como la tomografía axial computarizada para tener un diagnóstico más acertado.
Lesiones deportivas más habituales en la rodilla.
Dr. Gerardo Antonio Cristiani Díaz.
La rodilla es una articulación compleja y es la estructura articular más afectada durante las actividades deportivas. En la mayoría de los casos, las lesiones son superficiales y únicamente requiere de reposo, analgésicos y cuidados generales. Sin embargo, hay lesiones más serias que demandan la temprana valoración médica apoyada con radiografías y eventualmente con la resonancia magnética nuclear. A consideración comentaré brevemente sobre las lesiones más frecuentes:
El esguince de rodilla: Esta lesión se produce cuando un ligamento se alarga demasiado a causa de una distensión durante una caída u otro evento traumático. Eventualmente se puede desarrollar la ruptura completa del ligamento.
Lesión de meniscos: Los meniscos son fibrocartílagos cuya función consiste en absorber y distribuir la carga del fémur hacia la tibia, en la rodilla. Eventualmente durante un mecanismo de flexión y rotación de la articulación, el menisco queda atrapado y sufre una ruptura. Esto causa dolor severo, inflamación y un bloqueo de la articulación.
Tendinitis rotuliana: El stress mecánico (“sobreuso” de la rodilla en corredores o saltadores) del tendón rotuliano que une al cuádriceps con la rótula se asocia a dolor en la parte central de la rodilla y se caracteriza por la incapacidad para continuar con la actividad física deportiva a expensas de la presentación paulatina de dolor en la zona.
Bursitis: Los movimientos repetitivos sobre la rodilla o los periodos de tiempo arrodillados demasiado largos generan la acumulación de líquido sinovial sobre la articulación. Se caracteriza por la inflación y la sensación de congestión de líquido en la rodilla.
Será un privilegio para mí, llevar a cabo una valoración clínica de las lesiones de esta articulación, esto en un marco de honestidad, empatía y conocimientos médicos.
Enfermedad de Osgood Schlatter.
Es una prominencia dolorosa que aparece en la rodilla a nivel de la tuberosidad anterior de la tibia, en su centro de osificación. Debida a una tracción extensora sobre este núcleo de crecimiento. Que se presenta en niños mayores y adolescentes entre los 10 a 15 años de edad, el dolor aparece en la actividad deportiva como el fútbol soccer, americano, artes marciales. En las radiografías veremos una irregularidad o fragmentación ósea.
Afecta en un 10 a 20% de los niños que practican deporte, iniciándose en las niñas 2 años antes que en los niños. El tratamiento es modificando sus actividades diarias, analgésicos y el uso de una almohadilla, ya que la recuperación es lenta.
Osteocondritis disecante de la rodilla.
Se presenta en pacientes jóvenes, se trata de fragmento osteocondral dentro de la articulación de la rodilla en forma de un fragmento libre o conocido como “ratón interarticular”, más frecuente en el cóndilo interno en su cara lateral en el 75% de los casos y su tratamiento es quirúrgico por medio de artroscopia.
Rodilla del saltador.
Se presenta en jóvenes entre los 16 a 30 años de edad y consiste en un dolor de la rodilla a nivel del ligamento rotuliano de forma espontánea o a la presión del tendón.
Ocurre invariablemente en deportistas, la resonancia magnética nuclear puede mostrar patologías en el ligamento.
Lesiones del cojín graso.
Los cojines grasos infra rotulianos o cojín de Hoffa, puede hacerse doloroso, hincharse, al extender la rodilla, puede suceder como una complicación de osteoartritis, al quedar comprimido entre la superficie articular de la tibia y el fémur, es frecuente en mujeres jóvenes.
Bursitis de la rodilla.
Son las bolsas que se encuentran adelante y atrás de la rodilla, para evitar la fricción directa de la piel con el hueso y que se llegan a inflamar por irritación constante en actividades laborales o actividades donde tenga que estar de rodillas, como la “rodilla de golpe” en los mineros, mineros, lavadores de alfombras, las “rodillas de las religiosas” por permanecer hincadas por largo tiempo. El manejo es quirúrgico con su resección y estudio en el servicio de Patología.
Quiste de baker.
Es una tumoración que se presenta en la cara posterior de la rodilla, de consistencia blanda y que puede comunicar con la articulación de la rodilla.
Su manejo en un principio es conservador, pero sí aumenta de tamaño y ocasiona dolor, se solicitara una resonancia magnética nuclear y el manejo será quirúrgico, para su resección y estudio histopatológico por el servicio de Patología.
Artritis séptica de la rodilla.
Es la infección de la rodilla, el origen puede ser por diseminación por los vasos sanguíneos que llegan a la articulación, vía directa por una herida penetrante o por una infección ósea de la tibia o fémur.
Los síntomas como en todas las infecciones son fiebre, dolor, aumento de volumen y limitación de los arcos de movilidad, acompañado de malestar general.
El manejo es por medio de la punción articular de la rodilla con técnica aséptica y anestesia local, se manda para su análisis de material obtenido en el laboratorio y se inicia manejo con antibióticos, frío local y analgésicos, mientras nos entregan el reporte del cultivo.
De persistir el proceso infeccioso el paciente pasara al quirófano para el drenaje en forma abierta o artroscópica.
Ruptura del tendón del cuádriceps.
El tendón del cuádriceps está compuesto de la unión de los cuatro músculos que se encuentran en la cara anterior del muslo, y su función es la extensión de la rodilla, cuando se lesiona la rodilla no puede estirarse contra gravedad, la mayoría de los pacientes se encuentran entre los 30 a 60 años de edad, con el antecedente de una caída con la rodilla flexionada, levantar pesas, etc.
Se toca una solución de continuidad entre el muslo y la rótula, por lo que se solicita como estudio un ultrasonido de la rodilla o una resonancia magnética nuclear.
El manejo es quirúrgico por medio de la reconstrucción del tendón, inmovilización y posteriormente iniciar un programa de rehabilitación.
Fractura de rótula.
Puede ser secundario a un golpe directo secundario a una caída, práctica deportiva o un accidente automovilístico, que ocasiona un grande derrame de sangre y afecta al mecanismo extensor de la rodilla, el diagnóstico es por medio de radiografías de la rodilla, donde se aprecia la fractura desplazada.
El manejo es quirúrgico por medio de fijación interna con material de osteosíntesis y más adelante se tomaran controles radiográficos para iniciar la rehabilitación y apoyo sobre el pie afectado.
Ruptura del tendón rotuliano.
Es la solución de continuidad entre la rótula y la tuberosidad anterior de la tibia, secundario a un accidente realizando deporte, caídas o golpes directos. Se solicitan radiografías de la rodilla donde se encuentra elevada la rótula y en la resonancia magnética hay una solución de continuidad a nivel del tendón.
El manejo es quirúrgico con la reconstrucción del tendón y al cicatrizar se inicia programa de rehabilitación.
Clínica de hombro.
Donde valoramos las lesiones del hombro más frecuentes en adultos mayores por problemas degenerativos propios de la edad realizando una exploración completa y detallada, comparándolo con el hombro sano, buscando puntos dolorosos.
En los pacientes jóvenes secundarias actividades deportivas o traumatismos de alta energía:
Lesiones de manguito rotador.
El manguito rotador es un grupo de músculos y tendones que rodean al hombro por lo que se considera un importante estabilizador dinámico.
Sus lesiones son la causa más frecuente de dolor de hombro en adultos mayores aproximadamente en un 60-70% de, se dice que el 80% de los pacientes después de los 80 años de edad tendrán lesión del manguito rotador.
El dolor es de larga evolución de manera intermitente, que los despierta en la noche, cuando se acuesta de lado, que irradia al brazo o a la espalda, limitando sus actividades levantando su brazo por arriba de la cabeza como al peinarse, enjuagarse el cabello al bañarse, al tratar de alcanzar el boleto en la ventanilla del estacionamiento, en las mujeres tener dificultad para abrocharse el sostén por la espalda y en los hombres al fajarse la camisa o sacar la cartera en la bolsa trasera del pantalón, conforme avanza el padecimiento provoca rigidez.
Para su valoración solicitamos radiografías convencionales, ultrasonido y resonancia magnética nuclear, estos dos últimos valoramos las dimensiones y extensión del desgarro.
El objetivo del tratamiento es quitar el dolor iniciando con el manejo conservador, como primera opción es la terapia física, para mejorar los arcos de movilidad, fármacos, cambios en el estilo de vida.
Pero cuando el dolor es intratable, con pérdida de la fuerza, reducción en la calidad de vida, el manejo será quirúrgico, para la reparación del manguito rotador es por la vía artroscópica, los resultados son satisfactorios, teniendo una cicatrización en los desgarros entre un 50-90% de los casos dependiendo si son pequeños, medianos, grandes, masivos, irreparable o sí tiene una artropatía por manguito rotador.
Utilizamos unas anclas que son unos tornillos pequeños que tienen unas suturas para unir el tendón en su lugar, las incisiones de mínimas, hay menor respuesta inflamatoria, menor dolor, se reduce el tiempo quirúrgico y de hospitalización.
Aproximadamente después de 3-4 semanas utilizando un aparato abductor, se inicia un programa de rehabilitación, teniendo un seguimiento para ver la progresión de los arcos de movilidad y la fuerza muscular, para reintegrarse a sus actividades.
Pinzamiento subacromial.
Es un padecimiento doloroso en el que se pinza el tendón del manguito rotador entre la cabeza del húmero y la cara inferior del acromion ya que este, puede presentar una prominencia ósea en forma de gancho en su cara inferior, muy común en el adulto joven. Su manejo es quirúrgico mediante su resección por vía artroscópica con una fresa de gran poder.
Hombro congelado.
También conocida como Capsulitis adhesiva, se presenta en pacientes de edad media que sufren cambios degenerativos en el manguito rotador, con limitación de los arcos de movilidad por la rigidez articular, acompañado de dolor, que a menudo es muy intenso, y puede alterar el sueño.
Hay antecedente de traumatismos menores que producen cierto desgarro del manguito rotador, o veces es consecuencia de inmovilizaciones prolongadas por abuso en el uso del cabestrillo después de una fractura de muñeca y otro antecedente médico es que es más frecuente en diabéticos.
Su manejo es comenzando con un programa de rehabilitación para aumentar los arcos de movilidad y más adelante quirúrgico para liberar la cápsula articular por medio de artroscopia.
Tendinitis calcificada del supraespinoso.
En los cambios degenerativos del manguito rotador puede verse acompañado de depósito local de sales de calcio, esto puede dar lugar cambios inflamatorios que provocan dolor muy intenso en el hombro a la palpación, sintiéndose caliente y los cambios en las radiografías son obvios.
Su manejo es quirúrgico mediante la extracción de la calcificación en forma abierta o por artroscopia.
Artropatía del maguito rotador.
Es rara y cuando se produce es secundaria a la pérdida del manguito rotador por encima de la cabeza del húmero, provocando su elevación. Los síntomas son dolor, inflamación, limitación de los arcos de movilidad y tronidos. Se piden radiografías de hombro encontrando ausencia del espacio entre la cabeza femoral y el acromion.
El tratamiento en este caso ya no es por medio de una artroscopia, porque ya no tiene manguito rotador para repararlo y solo es por medio de una prótesis de hombro tipo reversa.
Luxación de hombro.
Es la salida de la cabeza del húmero de su lugar en su cavidad en la escapula, provocando un dolor muy agudo, secundaria a un golpe directo o en forma indirecta durante práctica deportiva, una caída o un accidente de automovilístico. Es una urgencia médica, se deben tomar radiografías para confirmar el diagnóstico y en la exploración descartar compromiso neurológico.
Debe ser atendido de inmediato para su reducción e inmovilización, y posteriormente iniciar su rehabilitación.
El pronóstico depende de la edad del paciente, ya que mientras más joven sea el paciente, presentara más cuadros repetitivos de luxaciones y el manejo será quirúrgico, debido a que se produce una lesión denominada en una especie de “empaque” que contiene la cabeza del húmero a la escapula denominada ‘lesión de Bankart’ y en otras ocasione una deformidad en la cabeza del húmero que se conoce como “lesión de Hill Sachs”.
El diagnóstico es clínico acompañado de estudios de gabinete como son: radiografías simples y resonancia magnética.
La reparación de ese empaque o “Labrum “se hace por medio de una artroscopia de hombro con unos tornillos pequeños que se fijan al hueso y con hilos de sutura denominados “anclas”, se inmoviliza al paciente mientras cicatriza la lesión reparada y posteriormente se manda a rehabilitación.
Lesión de SLAP.
Es una lesión frecuente en pacientes jóvenes que realizan movimiento de lanzamiento en forma repetitiva.
Hay una lesión del fibrocartílago superior donde se inserta el tendón del bíceps, provocado dolor y disminución de la fuerza del hombro, que no mejora con tratamiento conservador, por lo que se solicita radiografías y una artro resonancia magnética nuclear de hombro para su diagnóstico.
Y el manejo es quirúrgico mediante una artroscopia de hombro, para la inserción del Labrum y el tendón del bíceps con anclas.
Luxación acromioclavicular.
Producida por caídas contra el hombro directamente por ejemplo al conducir bicicleta, motocicleta, equitación, etc. Donde el paciente sale proyectado y se golpea sobre el hombro que ocasiona los en la que se rompen los ligamentos acromioclaviculares y pierden sus relaciones los extremos de la clavícula y acromion.
Clínicamente se observa un resalte en el hombro, lo que se conoce como signo de la “tecla”, que duele a la palpación al comprimirla.
Se solicitan radiografías de hombro comparativas, pidiendo al paciente que cargue algún objeto pesado en ambas manos, cuando se tienen dudas sobre la luxación, y así poder clasificar que tipo de luxación por su separación de su lugar y decidir sí su manejo es conservador o quirúrgico.
El manejo quirúrgico es por medio de unos botones, unidos a unos hilos de material muy resistente, que van uno arriba de la clavícula y el otro debajo de una prominencia ósea que se llama apófisis corónides de la escapula, quedan a tensión y regresan a la clavícula en su lugar, después se inmoviliza al paciente por 4 semanas puedan cicatrizar los ligamentos lesionados, y posteriormente iniciar un programa de rehabilitación.
Ruptura del tendón del bíceps distal.
La ruptura de la porción larga del bíceps, puede producirse espontáneamente o como consecuencia de un esfuerzo muscular brusco, es más frecuente en la extremidad dominante en hombres entre 30 a 60 años de edad, con un esfuerzo físico, común en adultos mayores en los que existen cambios degenerativos en el tendón o en pacientes jóvenes que practican fisicoculturismo, atletas, plomeros y antecedentes de diabetes o insuficiencia renal.
El aspecto del bíceps es globular, a lo que se le ha llamado “deformidad de Popeye”, como el personaje de las caricaturas de la televisión, hay dolor en la cara anterior del codo con la palpación y debilidad en los esfuerzos físicos con el brazo lesionado. Se debe solicitar un ultrasonido o una resonancia magnética nuclear para su diagnóstico.
El manejo es conservador sí no ocasiona molestias en sus actividades diarias, donde tenga que hacer esfuerzos físicos, pero sí es muy incapacitante el manejo es quirúrgico para la reinserción del tendón en su lugar y después de su integración, iniciara un programa de rehabilitación temprana para evitar rigidez articular en el codo usando una férula articulada hasta completar la extensión completa en 6 semanas aproximadamente.
Clínica de traumatología.
Esta encarga de tratar a los pacientes que sufren un accidente o se sospeche de una lesión más grave, por lo que es importante acudir al servicio de urgencias para su estudio y tratamiento, y así descartar otras lesiones que pudieran poner en peligro la vida, con el respaldo de otras especialidades que se encuentran disponibles las 24 horas de los trescientos sesenta y cinco días del año, para brindar un servicio de calidad y con una tecnología de última generación en el servicio de Imagenología.
Fractura de pelvis.
En general las fracturas se producen por eventos traumáticos que pueden ser catalogados como de baja energía en adultos mayores que tienen fragilidad ósea (en hueso osteoporótico) y las de alta energía en accidentes automovilísticos, caídas de altura, aplastamientos en actividades laborales o deportivas.
Estas lesiones pueden comprometer los grandes vasos, estructuras nerviosas y órganos intrapelvicos (intestinos, vejiga, riñones, etc.), por lo que la mortalidad puede ir del 5-50% de los pacientes, el manejo debe ser urgente por medio de sabanas o un cinturón pélvico para disminuir la hemorragia, estabilización con un fijador externo y posteriormente la reducción de las fracturas con placas especiales.
Fractura de fémur.
El fémur es el hueso más largo del cuerpo y por ende el más resistente, las fracturas en esta estructura se originan por trauma y según el lugar donde se localizan se incluye en región proximal: la cadera y distal: la rodilla.
En fracturas de la porción central del hueso será de elección la colocación de un clavo centromedular.
En el caso de que durante la fractura ocasione exposición del hueso se denomina fractura expuesta el tratamiento será lavado quirúrgico de urgencia y control de daños mediante colocación de fijador externo.
Fractura de cadera.
Padecimiento de origen traumático, según el grupo de edad que afecte se clasifican de baja energía (personas mayores con hueso osteoporoso).
De alta energía (adultos jóvenes con huesos saludables) y podrán ser pos su localización extracapsular o intracapsular.
El tipo de fractura que compromete la vascularidad de la cabeza femural se debe realizar un reemplazo articular de la cadera.
Clínica de columna.
Usualmente los problemas de columna vertebral se tratan mediante rehabilitación y medicamentos. En México cada día son más frecuentes los problemas de columna, ya que por sus múltiples ocupaciones es complicado que la gente invierta tiempo para realizar ejercicio y que tome medidas de higiene de columna vertebral, los padecimientos que más vemos los ortopedistas en la consulta son los siguientes:
Lumbalgia.
Es el dolor de la espalada baja y es una de las causas más frecuentes de incapacidad.
Su frecuencia es de 60-85% en algún punto de la vida de todos los individuos, convirtiéndose en una de las principales causas de ausentismo laboral, se da más entre los 30-50 años de edad y aumenta con el tiempo.
El dolor se acompaña de espasmo muscular que pueden correr hacia las piernas, se agrava con la actividad.
En algunos casos hay antecedente de rigidez en las mañanas, que puede aumentar con los accidentes, esfuerzos físicos al cargar objetos pesados, estar sentado por tiempo prolongado y al agacharse en forma brusca.
Se deben tomar una serie de estudios para hacer un diagnóstico por eliminación, en primer lugar, se solicitan radiografías de la columna lumbar, donde valoramos una columna normal y descartamos las diferentes curvas anormales que se pueden presentar encontrar. Como la escoliosis o el desplazamiento de los cuerpos vertebrales conocido como espondilolistesis.
El manejo en la mayoría de los casos es conservador con analgésicos, relajantes musculares, uso de fajas, bajar de peso, cambio de actividades para dejar de hacer esfuerzos físicos o deportes de impacto, que provocan micro traumatismos repetitivos en las vértebras, y la rehabilitación para ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de columna.
Generalmente hay mejoría clinica, de lo contrario solicitamos otros estudios como la resonancia magnética nuclear para valorar las raíces nerviosas y los discos intervertebrales que no se pueden valorar en las radiografías de columna, de aquí partimos en los siguientes padecimientos que pueden ocasionar el dolor lumbar, pero podemos decir que el 90% son de origen muscular y un 10% es por enfermedades específicas.
Hernia de disco lumbar.
Es la salida del núcleo pulposo del disco intervertebral, que ocasiona compresión de la raíz nerviosa, que se manifiesta con dolor en la espalda baja, que corre hacia una o las extremidades inferiores, acompañado de adormecimiento, calambres, hormigueo, disminución de los reflejos y pérdida de la fuerza, es a lo que llamamos “ciática”.
El diagnóstico se hace por medio de estudios de Imagenología con una resonancia magnética nuclear y también con estudios de neurofisiología para comprobar que raíz nerviosa esta comprimida.
El manejo es conservador con analgésicos, Neuromodulador y rehabilitación, en caso de no mejorar y estar empeorando el dolor el manejo es quirúrgico mediante la resección de la hernia, para descomprime la raíz nerviosa, y así quitar el dolor.
Canal lumbar estrecho.
Hay una disminución del diámetro del canal medular junto con los agujeros por donde salen las raíces nerviosas, que es más frecuente en adultos mayores, por los cambios degenerativos que sufre la columna, ocasionado un dolor vago en la espalda, con rigidez en las mañanas, acompañado de cojera, que mejora al apoyarse sobre un carrito del supermercado, presentando calambres y adormecimiento en las piernas.
El diagnóstico es por medio de la resonancia magnética nuclear y la tomografía axial computarizada, que muestran de forma fidedigna el espacio disponible dentro del conducto vertebral para la médula espinal y las raíces nerviosas.
El tratamiento es conservador con analgésicos, Neuromodulador y rehabilitación, en caso de progresar la sintomatología el manejo es quirúrgico, para la descompresión de la estrechez del canal medular. P ara no dejar la columna inestable se fija por medio de unas barras, tornillos e injerto óseo.
Coxigodinia.
Es el dolor en el coxis, que es la parte terminal de la columna, teniendo el antecedente de una caída de sentón sobre una superficie dura, las radiografías pueden mostrar una fractura en la porción distal del sacro o una subluxación del coxis, que puede estar desviado hacia adelante, las molestias son al sentarse. Su manejo conservador con analgésicos y cojines en forma de dona para sentarse.
Escoliosis.
Es una deformidad en la columna tanto en el plano frontal como el lateral, cuando es en el adulto son deformidades más rígidas que en los niños o los adolescentes, se asocia a dolor, fatiga muscular, desgaste articular y problemas en los discos intervertebrales. Mientras que en los niños y adolescentes raramente manifiestan dolor y son descubiertos por sus padres o maestros al observar su espalda.
Pueden ser de tres tipos: Compensadoras por el acortamiento de una extremidad inferior o inclinación de la pelvis, Ciática por un espasmo muscular protector unilateral secundario a una hernia de disco o Postura más frecuente en las niñas adolescentes.
La escoliosis se mide con el método de Cobb con una radiografía de la columna y se calcula los grados de la deformidad.
La escoliosis más común es la idiopática, que no encontramos una causa específica, y se divide en infantil (0-3 años), juvenil (4-9 años) y la del adolescente (más 10 años).
Este última constituye el 80-85% de los casos.
El manejo es en los pacientes que refieren dolor, ya que requieren una valoración adicional para determinar la causa, principalmente en los que refieren problemas neurológicos o afectación respiratoria, en un principio el manejo es conservador con ejercicios de rehabilitación, corsé ortopédico y más adelante será quirúrgico mediante instrumentación de columna.
Esguince cervical.
Es una lesión del cuello muy frecuente, el mecanismo más frecuente es el accidente automovilístico por colisión en la parte trasera o lateral, pero puede ser causado por otras actividades deportivas como el fútbol soccer, americano, buceo, ciclismo, equitación o laborales. Esto es conocido comúnmente como “latigazo”, que consiste en un mecanismo de aceleración y desaceleraciónen transferida al cuello.
Los síntomas son dolor en el cuello, disminución de los arcos de movilidad, hormigueo en las manos, dolor de hombro, dolor o entumecimiento en el brazo, dolor de espalda, mareos o vértigo, alteraciones visuales y auditivas, pérdida del sueño e irritabilidad.
El diagnóstico es por medio de radiografías simples de columna cervical descartando lesiones óseas, donde se aprecia una rectificación de la columna por la contractura muscular, de persistir las molestias se tomará una resonancia magnética nuclear para valorar si hay lesión en los discos intervertebrales y un estudio de neurofisiología para valorar compresión de las raíces nerviosas (neuroconducción y electromiografía).
El manejo inicial es conservador y dependiendo del grado del esguince si es de primer grado, que es una lesión leve, de segundo grado que es una lesión moderada y la de tercer grado que es una lesión más severa.
Comenzando con la inmovilización de la columna con un collarín blando, analgésicos, relajantes musculares, disminución de sus actividades cotidianas, evitar hacer esfuerzos físicos como levantar objetos pesados, no hacer deportes de impacto y más adelante rehabilitación supervisada por un fisioterapeuta para fortalecer los músculos y aumentar los arcos de movilidad.
Hernia de disco cervical.
Las hernias de disco cervical son menos frecuentes que las lumbares, y se presenta en personas que realizan actividades laborales pesadas, fumadores, deportes acuáticos (clavados), más frecuentes en el sexo masculino, entre los 30 a 50 años de edad.
Los síntomas son dolor en la columna cervical que irradia a la extremidad superior, acompañado de sensación de hormigueo, entumecimiento y debilidad sin causa desencadenante.
En la exploración hay poca sensibilidad en la mano y brazo afectados, con torpeza en sus movimientos para abrir y cerrar la mano, debilidad generalizada, alteración de los reflejos y la marcha.
Los estudios que se solicitan son las radiografías de columna cervical, resonancia magnética nuclear para valorar la compresión medular y de las raíces nerviosas, la tomografía axial computarizada solo se usara cuando este contraindicada la resonancia magnética nuclear por tener el paciente un marcapasos. Otro estudio son los de neurofisiología para valorar la compresión a que nivel esta la compresión de las raíces nerviosas.
Los niveles más afectados son C6-C7 en el 70% de los casos y C5-C6 en el 24%, siempre debe haber una concordancia entre las imágenes y los hallazgos en la exploración.
El tratamiento conservador con analgésicos, Neuromodulador y rehabilitación, cambios en los estilos de vida, como evitar los esfuerzos físicos, tiene buenos resultados en el 80-90% de los casos. Ante el fracaso del tratamiento conservador está el quirúrgico que consiste en la extracción del disco herniado y la descompresión de las raíces nerviosas y artrodesis que es la fijación de la columna con una placa e injerto óseo.
En algunos casos se pueden utilizar prótesis de disco para preservar la movilidad y recuperar la función, pero los resultados son similares a la artrodesis con injerto y placas.
Clínica de codo.
La evaluación clinica del codo está dirigida para el diagnóstico de anormalidades, disfunciones y determinar el tratamiento que recibirá el paciente que consultan por dolor o algún acontecimiento traumático, valorando los rangos de movimiento y las diferentes pruebas funcionales que se deben hacer en el consultorio o el servicio de urgencias.
También para valorar una enfermedad degenerativa, que se caracteriza por el deterioro progresivo de la articulación y la pérdida del cartílago.
Bursitis olecraneana.
La Bursa es una pequeña bolsa entre la piel y el olecranon que se encuentra en la punta del codo, que sirve para que la piel se deslice sobre esta eminencia ósea.
La Bursitis consiste en la inflamación de esta bolsa serosa que se manifiesta como la aparición de una protuberancia en la zona posterior del codo que tiene consistencia blanda.
El aumentado de tamaño es debido a una inflamación de la misma con acumulación de líquido en su interior, a veces es dolorosa y limita la movilidad del codo.
Puede estar originada por diversas circunstancias, una de las más frecuentes es la existencia de un traumatismo repetido en dicha zona, por ejemplo en personas que apoyan los codos sobre una superficie dura de forma repetida, a veces está provocada por un traumatismo directo único, en ocasiones es una de las manifestaciones de otra enfermedad, como la gota o la artritis reumatoide.
La bursitis Olecraneana es un trastorno por lo general benigno que suele desaparecer en un plazo de tiempo breve, sin embargo, en ocasiones no se resuelve satisfactoriamente, por lo que deben solicitando radiografías del codo y si es necesario una resonancia magnética, para descartar otros padecimientos, como la ruptura parcial del tendón del músculo tríceps, calcificaciones, etc.
El manejo se inicia practicando una punción del codo con técnica aséptica y mandar su contenido al laboratorio para su estudio.
Cuando tiene una evolución crónica, recurrente, que no mejora con el tratamiento conservador puede ser preciso el manejo quirúrgico para lograr su curación ya sea en forma abierta o artroscópica, que consiste en la resección de la Bursa.
Luxación de codo.
Es la salida de los huesos del codo de su lugar, que generalmente es provocado por trauma de alta energía o por mecanismo de hiperextensión forzada que provoca el desplazamiento anterior del húmero distal, en práctica deportiva, caídas de altura y traumatismos directos.
Se considera una urgencia ortopédica y debe reducirse inmediatamente, por las implicaciones que representa. El tratamiento se hace en el servicio de urgencias por el especialista, tomando antes radiografías del codo para descartar fracturas.
En algunos casos será necesario relajar al paciente bajo anestesia en el quirófano, donde se cuenta con todos los medios necesarios para la seguridad del paciente.
Una vez reducida la articulación del codo, y si no existe alguna otra lesión asociada, se debe inmovilizar por dos semanas y posterior rehabilitación.
Epicondilitits lateral o codo del tenista.
Es la causa de dolor más frecuente en el codo, la edad promedio es entre los 35 a 45 años de edad, en la cara lateral del codo, que ocasiona dificultad para levantar un objeto pesado con el brazo extendido, se presenta en deportistas, más común en el sexo masculino con predominio en el brazo dominante.
También constituye una enfermada laboral donde realizan esfuerzos repetidos, en la construcción, jardinería, los que trabajan con máquinas neumáticas y en amas de casas.
Es un proceso inflamatorio crónico doloroso en el sitio de inserción de los músculos epicondileos del codo (primero y segundo radial) causado por tracción excesiva y persistente.
Es típico en el paciente principiante como el jugador tenis y que sin realizar calentamiento realiza prácticas de tenis, sin embargo puede presentarse en otras actividades que implica el uso de músculos extensores de la muñeca como el cargar objetos pesados y de manera repetitiva
Se deben tomar radiografías para descartar lesiones óseas y una resonancia magnética nuclear para valorar la epicondilitis lateral.
El tratamiento consiste inicialmente con el uso de analgésicos orales y locales en el codo, uso de codera o banda para epicondilitis, fisioterapia, ultrasonido por el término de 2-3 semanas, además de evitar realizar actividades que desencadenen el evento doloroso. Si no presenta mejoría el siguiente tratamiento sería la aplicación de una inyección de un esteroide con un anestésico en el sitio doloroso (infiltración). Dependiendo la sintomatología se pueden aplicar hasta 3 infiltraciones con intervalo de una semana para alivio del dolor. Habitualmente con este tratamiento mejoran cerca del 80-90% de los pacientes.
Finalmente en casos muy severos y recurrentes (cerca del 1-5% de los pacientes) de dolor se acude al manejo quirúrgico que consiste en resecar el tejido fibroso en el sitio de inserción de los músculos epicondileos en forma abierta o endoscópica.
Epicondilitits medial o codo del golfista.
La historia es similar a la del codo de tenista pero el dolor afecta la cara interna del codo que aparece por exceso al practicar una actividad deportiva durante horas como el golf, también constituye una patología laboral y puede encontrarse en obreros que realizan esfuerzos repetidos, construcción, jardinería, carpinteros, leñadores, los que trabajan con máquinas neumáticas vibratorias o aquellos que martillean plancha de acero o calderos.
Es muy frecuente en las amas de casa siendo su causa desencadenante el cargar bolsas pesadas o el trabajo de limpieza.
El tratamiento consiste inicialmente en protección, disminución de la inflamación, fortalecimiento de los músculos y tendones, lo que se consigue con el uso de analgésicos y esteroides orales inicialmente, además de reducir las actividades causantes de dolor, modificar aquellas actividades que agravan el dolor, disminuir el tiempo o intensidad de la actividad, así como realizar descansos y estiramientos.
Si no presenta mejoría el siguiente paso es la infiltración con un esteroide en el sitio doloroso, mejorando la mayoría de los pacientes con este procedimiento.
Finalmente, en raros casos si el paciente no presenta mejoría (hasta 3 infiltraciones) se opta por el manejo quirúrgico que consiste en la liberación de una parte de la inserción ósea del tendón.
Fractura supracondílea de húmero.
Es la fractura más frecuente en el miembro superior en los niños menores de 10 años edad en el 60% de los casos, el pico es entre los 5 a 7 años de edad, más común en el sexo masculino y el brazo no dominante. Esto es por caías sobre la palma de la mano con el codo extendido, al estar corriendo, la bicicleta, los patines, patineta, etc.
A la exploración el niño presenta dolor, limitación de los arcos de movilidad, aumento de volumen y la piel morada por el hematoma de fractura. Se solicitan radiografías del codo para valorar el tipo y grado de desplazamiento de la fractura
Por la alta incidencia de consolidaciones en mala posición, especialmente las deformidades del codo al extenderlo. Estas fracturas requieren de un manejo quirúrgico, por medio de una reducción anatómica de la fractura, fijación con clavos e inmovilización con un aparato de fibra de vidrio por 4 a 6 semanas aproximadamente y después programar el retiro de los clavos, para iniciar rehabilitación y volver aumentar los arcos de movilidad.
Fracturas de cúpula o cabeza del radio.
Constituye un tercio de las fracturas del codo, las fracturas de la cabeza y el cuello del radio se presentan en forma simultánea en un 15-20%. El mecanismo es una caída con brazo extendido, donde la cabeza del radio choca contra el cóndilo de humero. Los síntomas son dolor, edema y limitación de los arcos de movilidad del codo, con debilidad al agarre.
Se solicitan radiografías antero posterior y lateral del codo, y sí es necesario una tomografía axial computarizada para valorar el grado de fragmentación.
El tratamiento dependiendo la severidad de la fractura se indica el tratamiento quirúrgico, siempre con el objetivo de preservar la cabeza radial. Se puede optar por osteosíntesis de la cúpula radial con la colocación de tornillos de 2mm. Para preservarla.
Se pueden también usar placas en la cabeza y cuello radial como tratamiento.
Cuando la cabeza radial no es posible recuperarse, en fracturas de más de tres fragmentos, una opción es la artroplastia de cúpula radial, que consiste en la colocación de una prótesis que sustituya a la cabeza radial con buenos resultados funcionales.
Inestabilidad del codo.
La inestabilidad del codo puede ser producida por una lesión de los ligamentos internos o externos, ya sea con presentación aguda o crónica, como secuela de luxaciones del codo, por cirugías previas del codo o por actividades deportivas de lanzamiento por arriba de la cabeza. El paciente refiere dolor en el codo después de actividades deportivas, pérdida de velocidad, chasquidos y bloqueo articular.
La estabilidad de los ligamentos es valorado con el codo en flexión y se aplica una fuerza hacia afuera y hacia adentro para detectar la inestabilidad o maniobras especiales donde el paciente refiere inseguridad.
Se solicitan radiografías del codo, ultrasonido y resonancia magnética nuclear para valorar la lesión ligamentaria.
En caso de presentar ruptura el manejo es quirúrgico mediante la reconstrucción ligamentaria en quirófano con anclas o por medio de injertos.
Neuritis cubital.
Es la compresión del nervio cubital en el codo, que es el sitio de más frecuente de compresión nerviosa, después del túnel del carpo y es más común en el canal cubital del codo. Hay disminución de la sensibilidad en el dedo meñique y anular, acompañado de torpeza en los movimientos finos de la mano y puede haber una movilidad anormal del nervio en el codo.
Otro sitio de compresión es en la muñeca en su lado interno que se conoce como canal de Guyon, provocando la misma sintomatología.
El diagnóstico es por medio de radiografías, resonancia magnética nuclear y estudio de neurofisiología para ver la conducción nerviosa del nervio cubital en el codo afectado.
El manejo es conservador modificando las actividades que provocan el dolor por medio de una férula articulada, analgésicos, anti inflamatorios, Neuromodulador y rehabilitación.
Cuando no hay mejoría después de tres meses o más el manejo es quirúrgico mediante la descompresión quirúrgica y transferencia del nervio cubital.
En caso de presentar ruptura el manejo es quirúrgico mediante la reconstrucción ligamentaria en quirófano con anclas o por medio de injertos.
Pronación dolorosa del codo o codo de niñera.
Es la salida de la cabeza del radio de su lugar, normalmente ocurre cuando uno de los padres o la niñera trata de prevenir que el niño se caiga o está jugando con el brazo extendido.
Es más frecuente en niños entre los 2 a 6 años de edad, que presentan dolor en el codo con limitación de los arcos de movilidad, que se mantiene flexionado, sosteniéndolo el niño con la mano contralateral.
Se toman radiografías del codo para valorar lesión ósea. El tratamiento consiste en la reducción del codo en su lugar con maniobras que hace el especialista en el consultorio o en el servicio de urgencias y se inmoviliza con un aparato de fibra de vidrio por 10 días y cuando se presentan más de tres luxaciones se inmoviliza por más tiempo.
Clínica de cadera.
Se encarga del estudio de la articulación de la cadera que es la unión de la cabeza del fémur en forma de esfera y una cavidad en la pelvis llamada acetábulo.
Todos los problemas específicos en los adultos pueden ser dentro o fuera de la articulación como problemas de artrosis, afecciones inflamatorias, fracturas y luxaciones, que refieren un dolor en la ingle, la nalga o en la cara anterior del muslo y que se manifiesta por cojera al caminar y limitación de los arcos de movilidad.
El manejo ha evolucionado desde las técnicas de preservación de la cadera por medio de artroscopia hasta los remplazos articulares con prótesis.
El manejo ha evolucionado desde las técnicas de preservación de la cadera por medio de artroscopia hasta los remplazos articulares con prótesis.
Pinzamiento femoro acetabular.
Se presenta principalmente en pacientes jóvenes con dolor en la ingle, considerándolo una causa de la osteoartrosis de la cadera a futuro. Se presenta al correr, estar sentado, saltando vallas, chutar un pelota y dar patadas.
Se solicitan radiografías de cadera, donde se ve un conflicto de espacio entre la cabeza femoral y el acetábulo, donde sobra hueso. Cuando es en el acetábulo se llama “Pincer” que es un efecto de pinza que hace el acetábulo sobre la cabeza femoral, y cuando es en el cuello se le llama “Cam” porque la cabeza no es esférica, esto condiciona el pinzamiento y dolor en el paciente.
El tratamiento es conservador en un principio, con analgésicos, antiinflamatorios y rehabilitación, pero sí no hay mejoría clínica es quirúrgico, por medio de artroscopia de cadera, rasurando el hueso que está en exceso con una fresas y bajo control radiológico, en una mesa de fracturas.
Desgarro del Labrum acetabular.
El Labrum acetabular es como un “empaque”, que funciona como sello en la cadera, su desgarro provoca aumento de la movilidad e inestabilidad. El mecanismo de lesión es en los deportes de torsión, impacto o pivoteo, señalando el dolor en su cadera con el dedo pulgar e índice a lo que llamamos el signo de la “C”.
Se solicitan radiografías de cadera para descartar lesión ósea y una artro resonancia magnética nuclear con medio de contraste para ver el desgarro del Labrum acetabular. El manejo es quirúrgico por medio de una artroscopia de cadera con anclas con unos hilos para la reparación del Labrum.
Síndrome del piriforme.
Es el pinzamiento del nervio ciático en el glúteo, el dolor puede correr del muslo a la rodilla, que se agrava al sentarse, más frecuente en el sexo femenino en una relación de 6 mujeres por un hombre. Las causas de compresión con varias, desde bandas fibrosas, compresión muscular, en el 20% de los casos por el músculo piriforme, pero también pueden ser masas ocupativas.
Hay un antecedente de trauma en el 50% de los casos y el dolor se agudiza al sentarse en superficies duras, se siente una masa en la región glútea como una “salchicha”. Para su diagnóstico se solicita radiografía de cadera, una resonancia magnética nuclear para valorar el aumento de tamaño del músculo piriforme que puede estar comprimiendo el nervio ciático y también los estudios de neurofisiología como una electroneuromiografia.
El tratamiento en la mayoría de los casos es conservador con cambio de actividades, analgésicos, antiinflamatorios, neuromoduladores, infiltración local y rehabilitación. Cuando no hay mejoría clinica, que son menos del 10% de los pacientes el manejo es quirúrgico por medio de la liberación del nervio ciático en forma abierta o artroscópica.
Bursitis trocantérica o trocanteririts.
Es la inflamación de las bolsas serosas alrededor de la cadera, es cuatro veces más frecuente en mujeres que en hombres, el dolor se presenta en la cara lateral de la cadera, al correr, subir escaleras y al parase después de estar sentado.
Se solicitan radiografías simples de pelvis para descartar lesión intra articular, ultrasonido y resonancia magnética nuclear para confirmar el diagnóstico.
El tratamiento es conservador con analgésicos, antiinflamatorios, infiltración local y rehabilitación. Cuando no hay mejoría el tratamiento es quirúrgico con resección de la Bursa.
El tratamiento en la mayoría de los casos es conservador con cambio de actividades, analgésicos, antiinflamatorios, neuromoduladores, infiltración local y rehabilitación. Cuando no hay mejoría clinica, que son menos del 10% de los pacientes el manejo es quirúrgico por medio de la liberación del nervio ciático en forma abierta o artroscópica.
Coxa saltans o cadera en resorte.
Es la presencia de un chasquido o resalte palpable, frecuentemente asintomático y audible asociado al movimiento de la cadera, que puede ser externa causada por el deslizamiento brusco de la banda iliotibial sobre el trocánter mayor. Y la interna por el deslizamiento del tendón del psoas ilíaco sobre la eminencia iliopectinea de la pelvis o la cabeza del fémur.
Es común en mujeres entre los 15 a 40 años de edad, que realizan deportes y en las bailarinas de ballet se ve en un 50 a 90% de los casos. Se deben solicitar radiografías de pelvis para identificar lesiones óseas o calcificaciones, ultrasonido dinámico
El manejo es conservador en un principio con analgésicos, antiinflamatorios, infiltración local y rehabilitación, teniendo una tasa elevado de éxito, en caso de recurrencia el manejo es quirúrgico ya sea abierto mediante la liberación tendinosa sobre el trocánter mayor en la coxa saltans externo o endoscópico.
Y por artroscopia en la coxa saltans interna.
Necrosis avascular de la cadera.
Es la interrupción del aporte vascular a la cabeza del fémur, provocando colapso de la arquitectura trabecular, y que va a evolucionar a una osteoartritis de la cadera.
Su frecuencia es en el 75% de los casos entre los 30 a 60 años de edad, más común en hombres que en mujeres, y una alta prevalencia bilateral. La causa es diversa puede ser por trauma o secundaria a otros padecimientos como la anemia de células falciformes, trasplante de órganos, tabaquismo, el abuso de bebidas alcohólicas, radiaciones, uso de cortisona, tromboflebitis, etc.
El dolor en la cadera es el principal motivo de consulta, se solicitan radiografías de pelvis, que en las primeras etapas de la enfermedad no es de ayuda, como la resonancia magnética nuclear que es el estándar de oro para su diagnóstico precoz, ya que se debe tener un alto índice de sospecha por los antecedentes.
El tratamiento en las primeras etapas es conservador con analgésicos, antiinflamatorios, Bifosfonatos, disminución de la carga usando un bastón o andadera y rehabilitación. El manejo quirúrgico previo al colapso son los métodos de preservación de la cadera como la descompresión central, uso de injerto óseo vascularizado y por último la prótesis total de cadera en las etapas más avanzadas del colapso y la osteoartrosis de la cadera.
Osteoartrosis de la cadera o coxartrosis.
Se presenta más frecuente en adultos mayores que se asocia a un exceso de peso o un trabajo articular excesivo, aunque en muchos casos no se encuentra una causa obvia.
A menudo el dolor está mal localizado, puede referirlo en la ingle, la nalga, la cara lateral de la cadera, la columna lumbar y la rodilla. Hay una dificultad progresiva para caminar y estar de pie, puede alterar el sueño y la salud en general. Hay una dificultad para ponerse los calcetines y para cortarse las uñas de los pies. La contractura en flexión provoca acortamiento aparente del miembro afectado.
La artrosis secundaria se ve en un grupo de edad más joven, por secuelas de haber tenido luxación congénita de cadera, necrosis avascular de la cabeza del fémur, deformidad angular del cuello femoral, infecciones o traumática.
Para su diagnóstico se solicitan radiografía de la cadera, donde se ve disminución del espacio articular, prominencias óseas conocidas como “osteofitos”, que van deformando los contornos de la cadera, geodas o quistes, engrosamiento del cartílago articular o esclerosis subcondral y pinzamiento de la cabeza con el techo acetabular.
El manejo es quirúrgico mediante el remplazo articular con una prótesis total de cadera, donde se coloca una copa, que se asemeja a una concha en el acetábulo y en el fémur un vástago, que se fijan a presión en el hueso, con una esfera que sustituye a la cabeza femoral. Los materiales que se usan han mejorado con el tiempo, para disminuir la fricción y puedan durar más tiempo en el paciente, como son las cerámicas y el titanio. Actualmente usamos prótesis de doble movilidad, quedando más fijas y evitando una de las complicaciones como la luxación del implante de su lugar.
Clínica de pie y tobillo.
Esta encargada de tratar las lesiones más frecuentes en los pies de los adultos que se ven expuestos a movimientos continuos, soportando todo el peso del organismo, por lo que hay lesiones por sobrecarga, traumatismos deportivos, trastornos metabólicos o problemas degenerativos.
Hallux valgus o "Juanetes".
Es la desviación hacia afuera del primer dedo del pie, el 90% son mujeres con dolor en la cara interna por una prominencia ósea, acompañado en algunas ocasiones con los dedos en garra y callosidades en la cara plantar del ante pie.
La carga genética es muy importante como antecedente y el uso de zapatos de punta y tacón alto. Al progresar la deformidad la falange del primer dedo se sale de la cabeza del primer metatarsiano y puede saltar al segundo dedo o con mayor frecuencia el segundo dedo salta al primer dedo. El segundo dedo puede presionar contra el zapato donde hay poco espacio y desarrollar callos dolorosos.
Se toman radiografías de ambos pies con carga y se hacen mediciones para valorar el ángulo de desviación y saber la gravedad de la enfermedad.
El manejo es conservador en un principio con zapatos anchos, plantillas, férulas nocturnas y separadores para dedos, que no han demostrado solucionar el problema. Cuando las molestias van progresando imposibilitando el uso de calzado y limitando sus actividades cotidianas el manejo es quirúrgico, existen múltiples técnicas dependiendo de la severidad del cuadro, cuya finalidad es el alivio del dolor y corregir la deformidad, por medio de cortes en el hueso que se llaman osteotomías que pueden ser abiertas o mínima invasiva, con cortes en la piel de 5 mm, bajo control radiológico con una fresas de diferentes tamaños y calibres.
Colocando vendajes que se deben de ajustar periódicamente para la corrección de la deformidad y el uso de un zapato de rehabilitación, para que pueda caminar el paciente distancias cortas en su recuperación postoperatoria.
Fascitis plantar.
Es la causa más frecuente de dolor en el talón y la planta del pie que dificultad en gran medida el desempeño laboral y las actividades de la vida cotidiana de las personas que lo padecen. Hay varios factores que se atribuyen su origen, como el desempeño de actividades deportivas sin un entrenamiento progresivo, sobrecarga muscular, debilidad muscular, que tenga pie plano, el pie cavo, usar un calzado inapropiado, obesidad y ser mayor de 40 años de edad.
El dolor aumenta con presión sobre la planta y el talón del pie, después de un período de reposo, al empezar a caminar en las mañanas, se observa tanto en hombres como en mujeres, pero aumenta más en estas últimas a la edad entre los 40 a los 70 años. Se ha pensado que la causa de la Fascitis es un espolón calcáneo, pero las investigaciones han informado que no es así.
El tratamiento es conservador con analgésicos, antiinflamatorios, plantillas con soporte en el talón, infiltración local, rehabilitación con ejercicios de estiramiento, ondas de choque y por último el manejo quirúrgico, mediante la liberación de la fascia plantar con técnica mínima invasiva y control radiológico, transoperatorio con el intensificador de imágenes.
Pie reumático.
Cuando la artritis afecta al pie las deformidades son múltiples e intensas, sobretodo en el antepie, en forma bilateral y simétrica, con presencia de un pie plano, Hallux valgus o “juanetes”, dedos en garra y subluxaciones de los dedos. El dolor en el arco anterior del pie o Metatarsalgia es muy importante, por la falta de ese cojín de grasa que ya desapareció.
El manejo en un principio es conservador con plantillas, férulas nocturnas para Hallux valgus y rehabilitación.
Por último el manejo quirúrgico de las deformidades con placas, clavos y tornillos, cuando el pie es muy doloroso e incapacitante para caminar.
Gota en el primer dedo del pie.
Clásicamente afecta a la articulación del dedo “gordo” del pie, pero puede afectar a más articulaciones del pie, incluso el tobillo. Esto ocurre cuando el ácido úrico esta elevado, que es un producto de desecho que se deposita en forma de cristales en las articulaciones del pie. Las molestias son dolor, enrojecimiento, el aumento de la temperatura y la rigidez articular. Los síntomas ocurren repentinamente sin previo aviso, después de pasar el dolor más severo, deja unas molestias que duran algunos días o semanas. Los ataques posteriores tienden a durar más tiempo.
Se solicitan radiografías para valorar los cambios articulares del pie. El manejo es principalmente la dieta a la que debe estar sujeto el paciente que viene en una lista que se le entrega a él y a sus familiares, medicamentos para bajar el dolor, la inflamación y para disminuir los niveles de ácido úrico en sangre, y en algunos casos la infiltración local.
Túnel del tarso.
Es la compresión del nervio tibial posterior o de los nervios plantares en su trayecto en la cara interna del tobillo, produciendo dolor tipo quemante, hormigueo y adormecimiento en la planta y los dedos del pie.
Es más frecuente en mujeres los 40 a 45 años de edad. La causa puede ser traumática, ya sea directa o repetida en un 17 a 43% de los casos, pero hay otros factores que pueden producirlos como fracturas, artritis reumatoide, espondilitis anquilosante, gota, aumento de peso en forma súbita o una insuficiencia renal. También se puede presentar por unas masas ocupativas como gangliones, lipomas o tumores del mismo nervio.
Puede producirse dolor al comprimir el nervio, se hacen pruebas neurológicas en ambos pies como una electroneuromiografia (velocidad de conducción nerviosa) para valorar la compresión. Radiografías para descartar lesiones óseas, ultrasonido y una resonancia magnética nuclear. Radiografías para descartar lesiones óseas, ultrasonido y una resonancia magnética nuclear.
El manejo inicialmente es conservador con reposo, frío local, analgésicos, antiinflamatorios, Neuromoduladores, plantillas, infiltración local y rehabilitación.
Después de más de seis meses, si continua con las molestias se debe valorar el manejo quirúrgico que consiste en la descompresión del nervio tibial posterior y sus ramificaciones, ya sea abierto o endoscópico.
Esguince de tobillo.
Es la lesión más frecuente que se ve en el servicio de ortopedia, se calcula 1: 10,000 habitantes por día, el mecanismo es por un movimiento indirecto, por un movimiento forzado de torsión que va a provocar distención en los ligamentos del tobillo.
Los esguinces de tobillo se han clasificado en tres grupos. El de primer grado hay una lesión parcial del ligamento sin pérdida funcional, en el de segundo grado hay una lesión incompleta del ligamento, con dolor al apoyar y la de tercer grado hay una pérdida de la integridad de los ligamentos, con inflamación y amoratamiento del tobillo, es incapaz de caminar o apoyarse. Se hacen varias pruebas para valorar la inestabilidad del tobillo.
Se solicita radiografía de tobillo para valorar la integridad ósea, y descartar fractura, cambios degenerativos o desprendimientos del tendón con un fragmento óseo.
El tratamiento está encaminado a disminuir el dolor y la inflamación. Iniciando con la elevación del tobillo, aplicar frío local y manejo con analgésicos y antiinflamatorios, en el de primer grado se coloca una venda elástica y un soporte para tobillo
En las de segundo y tercer grado se coloca una bota ya sea de fibra de vidrio o una removible tipo Walker, y posteriormente iniciar la rehabilitación para aumentar los arcos de movilidad y fuerza muscular del tobillo.
Inestabilidad crónica de tobillo.
Es una lesión residual del tobillo por haber presentado antes un esguince de tobillo de tercer grado donde hay una falta de seguridad y molestia permanente, acompañada de bloqueos y chasquidos, dando lugar a esguinces en forma frecuente del tobillo.
Se calcula que un 20% de los esguinces de tobillo tendrán una inestabilidad crónica. Se deben tomar radiografías especiales y comparativas en “estrés”, esto se hace forzando la postura del tobillo en forma manual o unas máquinas para provocar la inestabilidad, un ultrasonido en forma dinámica donde se aplican maniobras exploratorias y la resonancia magnética nuclear nos indica que ligamentos están lesionados y si hay alguna lesión en el cartílago del tobillo, fracturas ocultas en las radiografías, lesiones tendinosas, degenerativos o pinzamientos.
El tratamiento esta está encaminado a quitar el dolor y la sensación de inseguridad, en un principio es conservador con analgésicos, antiinflamatorios, plantillas, tobilleras, rehabilitación con ejercicios de fortalecimiento muscular del tobillo.
Pero cuando las medidas conservadoras no tiene éxito, el manejo es quirúrgico, pero se deben individualizarse en cada paciente, donde está la reparación anatómica, que es la reparación directa de los ligamentos conocida por su autor como Broström y la modificación de Gould, reconstrucción anatómica que consiste en usar injertos para el refuerzo de los ligamentos y tornillos interferenciales, reconstrucción no anatómica reorientando el tendón peroneo para dar estabilidad al tobillo, la más famosa es la de Watson Jones. Y la técnica artroscópica usando anclas para su reparación con la técnica de Broström y Gould.
Clínica de muñeca y mano.
Las lesiones en la muñeca y mano son muy comunes en todo el mundo, por lo que un diagnóstico oportuno y certero evitara que pasen desapercibidas en una primera instancia, ya que esto puede convertir una mano o muñeca deforme y poco funcional y más adelante el manejo sea más complejo.
Dedo en gatillo o en resorte.
Es una afección que causa dolor, rigidez y sensación que el dedo se traba cuando los flexiona o lo estira, se produce por un engrosamiento de una vaina tendinosa que es un túnel por donde pasa el tendón en la palma y en los dedos. A lo largo de estas vainas hay unas bandas llamadas “poleas” que su función es sostener los tendones.
Los dedos más afectados son el dedo pulgar, medio y el anular.
Esta “polea” A1 se inflama y se engrosa lo que provoca es una dificultad para que se deslice el tendón donde se forma un nódulo. Cuando los dedos se extienden el dedo afectado sigue en flexión y súbitamente se extiende. La causa es por actividades enérgicas de los dedos de la mano o en pacientes con antecedentes de diabetes mellitus o artritis reumatoide.
El tratamiento es en un principio conservador, con reposo de los dedos de la mano, férulas, ejercicios de estiramiento para disminuir la rigidez articular, analgésicos, antiinflamatorios, infiltración local.
Sí el dedo no mejora el manejo es quirúrgico dependiendo de la intensidad del dolor y la pérdida de la función y consiste en la liberación de la vaina a nivel de la “polea” engrosada. El siguiente paso es la rehabilitación para mejorar los arcos de movilidad del dedo.
Síndrome de túnel del carpo.
El túnel es un estrecho pasaje rodeado de huesos y ligamentos en la palma de la mano y se produce por aumento de la presión sobre el nervio mediano en la muñeca, se presenta en personas con una edad promedio de 45-60 años y tiene una relación de 1 hombre por 3-10 mujeres, por tener el túnel del carpo más pequeño.
Algunas de las causas son por vicios en la postura de las manos, exposición a vibraciones, los movimientos repetitivos de la mano, retención de líquidos en el embarazo o en la menopausia, sobrepeso, hipotiroidismo, insuficiencia renal, tumores, secuelas de fractura de radio distal, gota y tendinitis
Los síntomas pueden incluir entumecimiento, hormigueo, debilidad en la mano y el brazo, los dedos más afectados son el pulgar, el índice, el medio o el anular, con una sensación de descarga eléctrica cuando está durmiendo. Muchas personas sacuden las manos para aliviar los síntomas.
El diagnóstico es por medio de la valoración pruebas especiales clínicas como la de Phalen y Tinel.
Estudios de neurofisiología para valorar la compresión del nervio mediano en el canal del carpo, el ultrasonido, la resonancia magnética nuclear para descartar otros padecimientos como tumores, hemangiomas, deformidades óseas o para planear el manejo quirúrgico.
El manejo al principio es por medio de disminuir la tensión en las manos, reduciendo la fuerza y el agarre en el trabajo, mejorar la postura, que mouse de la computadora sea cómodo, ejercicios de rehabilitación, férulas de inmovilización nocturnas, analgésicos, antiinflamatorios, neuromoduladores e infiltración local.
El tratamiento que ha tenido más éxito es el quirúrgico cuando el manejo conservador no responde, y consiste en la descompresión del túnel carpiano mediante la liberación del ligamento que produce la compresión del nervio, que se puede hacer con la técnica abierta o la endoscópica. Después de la cirugía se inmoviliza la mano por dos semanas, para posteriormente iniciar un programa de rehabilitación.
Gangliones.
Son bultos o quistes no cancerosos (benignos) que se forman a los largo de los tendones de la muñeca y en la mano, pueden presentar comunicación con una articulación o vaina tendinosa y dentro del quiste hay un líquido lubricante espeso similar al que se encuentra en las articulaciones. Son muy frecuentes en personas jóvenes entre los 15 a 40 años, más común en mujeres.
Es una tumoración de consistencia blanda a la palpación, del tamaño de un chícharo, pero pueden ser más grandes y pueden romperse por traumatismos, algunos son dolorosos si comprimen un nervio cercano y pueden ocasionar limitación de los arcos de movilidad. El diagnóstico no es difícil solo con la observación, pero solicitan radiografías para descartar lesión ósea como artritis o un tumor del hueso, exploración con ultrasonido
Para detectar el quiste ganglionar oculto que no es visible o diferenciarlo de otros tumores. El tratamiento inicial es conservador mediante la observación de la evolución de la tumoración que puede desaparecer con el tiempo, puede usar una férula si presenta dolor, acompañado de analgésicos, antiinflamatorios, rehabilitación y aspiración para drenar el quiste, bajo anestesia local y técnica aséptica. Pero sí vuele a salir ya que la raíz no se ha extirpado el tratamiento es quirúrgico, esto implica la remover el ganglión, la cápsula articular o la vaina del tendón involucrados.
Es un procedimiento ambulatorio y el paciente puede irse a su casa después del procedimiento quirúrgico. A las dos semanas se retiran puntos y posteriormente puede a las 6 semanas seguir con sus actividades normales.
Tenosinovitis de Quervain.
Es una afección dolorosa que afecta a los tendones de la muñeca del lado del pulgar, los tendones con unas cuerdas que unen los músculos a los huesos, estos se deslizan a través del pequeño túnel que los conecta a la base el pulgar, al hacer movimientos que irritan la vaina que recubre los tendones provoca engrosamiento que restringe el movimiento de los tendones.
Esto aumenta al girar la muñeca, al cerrar el puño o al agarrar, la causa es por una actividad repetitiva de la mano o la muñeca, como son los trabajos manuales en el jardín, deportes con raqueta, cargar niños, pintar, pasatiempos que suponen movimientos repetitivos, etc. Hay dolor en la base del pulgar, acompañado de inflación, que provoca dificultad para mover el pulgar o la muñeca, con una sensación de que se traba el dedo pulgar. Este padecimiento es más frecuente en el sexo femenino entre los 20-55 años de edad.
El tratamiento es en un principio conservador cambiando las actividades que provocan el dolor, aplicar frío local, antiinflamatorios, analgésicos e infiltración local en la vaina tendinosa para reducir la inflamación, la mayoría se las personas se recuperan, el uso de una férula para el pulgar y rehabilitación para disminuir el dolor y limitar la irritación de los tendones.
El manejo quirúrgico mediante la liberación de la vaina de los tendones afectados y así se puedan deslizar libremente. y después de la cirugía se inicia un programa de rehabilitación para fortalecimiento muscular y aumentar los arcos de movilidad.
Dedo en martillo, de beisbolista o Mallet Finger.
Es una deformidad del dedo que se da cuando el tendón que endereza el dedo se daña, la causa es por un golpe de una pelota u otro objeto golpea a uno de los dedos de la mano, doblándolos a la fuerza, que desgarra el tendón extensor, y puede desplazar un trozo del hueso donde se inserta el tendón, entonces el dedo deja de enderezarse.
Se ve como la punta del dedo se cae y no puede enderezarse, acompañado de dolor, inflamación y se pone morado, sobretodo sí se acompaña de una fractura, la sangre se puede acumular por debajo de la uña y más adelante puede caerse.
Se pide radiografías del dedo para valorar si hay una fractura donde se inserta el tendón. En la mayoría de los casos el tratamiento es conservador, y el objetivo es mantener el dedo recto hasta que el tendón sane, es por medio de una férula por ocho semanas aproximadamente. El dedo recupera la función gradualmente y una apariencia aceptable, una vez que haya sanado se inicia un programa de rehabilitación.
Cuando hay fragmentos óseos grandes o una mala alineación el tratamiento es quirúrgico mediante la fijación del fragmento ósea desplazado y la reparación del tendón, con clavos, anclas y sutura.
Fractura de muñeca.
La fractura de la muñeca o del radio distal, es la fractura más frecuente de la extremidad superior, su distribución es bimodal ya que se puede presentar en personas jóvenes por mecanismo de alta enérgica en deportes de contacto, patinaje, equitación, saltar en una cama elástica o accidentes automovilísticos y en los adultos mayores con mecanismo de baja energía por caídas con la mano extendida, un factor contribuyente es la osteoporosis.
La muñeca puede verse deformada en lo que llamamos “dorso de tenedor”, inflamada, y muy dolorosa.
Se solicitan radiografías de la muñeca afectada, donde se valora si esta desplazada, colapsada, intraarticular, etc. Sí es muy compleja la fractura se solicita una tomografía axial computarizada.
El tratamiento puede ser conservador en caso de no estar desplazado la fractura inmovilizándola con un aparato de fibra de vidrio, cuando esta desplazada se puede hacer maniobras de reducción y colocación de un aparato de fibra de vidrio
Pero se recomienda el tratamiento quirúrgico cuando la fractura esta desplazada y no va mejorar con el tratamiento conservador, mediante reducción abierta y fijación interna con una placa especial para este tipo de fracturas, ya que muchas de estas fracturas se vuelven a desplazar, dejando una mala consolidación de la fractura que ocasionara deformidad, dolor, rigidez y molestias en la zona afectada.
Después de la cirugía se coloca un inmovilizador de muñeca por dos semanas y posteriormente inicia programa de rehabilitación con ejercicios en forma progresiva volver a recuperar los arcos de movilidad y fuerza muscular de la muñeca.
Fractura de escafoides.
El escafoides es un hueso de la muñeca justo debajo de la base del dedo pulgar, conocido como tabaquera anatómica, en la mayoría de los casos se presenta después de una caída con la mano extendida, puede ocurrir también en actividades deportiva o en accidentes de tránsito. Los síntomas van a empeorar al tratar de pellizcar o agarrar un objeto.
Se solicitan radiografías de la muñeca para valorar el tipo de fractura, que en algunas ocasiones no es visible, solo después de un tiempo, por lo que se inmoviliza con una férula o aparato de fibra de vidrio y se cita al paciente después de dos semanas con nueva radiografía, recomendando no hacer esfuerzos físicos o deportes.
También ante la sospecha se puede pedir una resonancia magnética nuclear o una tomografía axial computarizada, que pueden mostrar la fractura antes que una radiografía, y para saber sí hay desplazamiento de la fractura.
El manejo será conservador sí no hay desplazamiento con un aparato de yeso que abarque el pulgar y quirúrgico sí hay desplazamiento de la fractura con el fin de alinear y fijar la fractura por medio de un tornillo. Se coloca un inmovilizador de muñeca con pulgar y posteriormente se inicia programa de rehabilitación para aumentar los arcos de movilidad y recuperar la fuerza muscular.
Lesión del complejo fibrocartílago triangular.
El fibrocartílago triangular está localizado en el lado interno de la muñeca, su función es la de estabilización y está compuesto de unos ligamentos y un disco de fibrocartílago , la causa de su lesión es por una caída con la mano extendida, con una fuerza de rotación brusca o por cambios degenerativos, el paciente refiere dolor, que incrementa con el agarre y se acompaña de un chasquido.
Se solicitan radiografías de la muñeca para descartar lesiones óseas, pero el diagnóstico se hace con una artro-resonancia magnética nuclear donde se observa el desgarro y el manejo en un principio es conservador con analgésicos, antiinflamatorios, rehabilitación e infiltración local.
Cuando fracasa el manejo conservador es quirúrgico mediante artroscopia y reparación con anclas, se deja inmovilizador por unas semanas para después reiniciar rehabilitación.
Clínica de osteoporosis.
Es una enfermedad esquelética donde hay una baja en la masa ósea, con deterioro de la microarquitectura del tejido óseo, que predispone a una fragilidad ósea y mayor riesgo de factura. Esto es que hay un desequilibrio entre la formación de hueso y su reabsorción.
Es más frecuente en las mujeres después de la menopausia como resultado del aumento de la función de las células que destruyen el hueso, que son los osteoclastos y la disminución de las células que forman el hueso, los osteoblastos. Esto predispone a las mujeres a mayor riesgo de factura en la cadera, muñeca y la columna en comparación con los hombres.
Generalmente es padecimiento que es asintomático en un principio, pero con el tiempo las pacientes comienzan a referir dolor de espalda, provocado por la fractura de una vértebra o aplastamiento, pérdida de la estatura, una postura encorvada y la fractura por un mecanismo de baja energía, lo más frecuente son las caídas de su propio nivel. En algunos casos hay antecedentes de una menopausia precoz o la ingesta de cortisona por varios años.
Para su diagnóstico se solicita una densitometría ósea de cadera y columna, es una máquina donde se utilizan rayos x, es una prueba indolora y rápida, que nos reporta la proporción de minerales: osteoporosis es un T-score de -2.5, osteopenia es cuando hay un T-score entre -1 y -2.5, y normal -1 hacia arriba. Otros estudios de laboratorio son los marcadores bioquímicos de recambio óseo que muestran la actividad de las células óseas.
El manejo es cambiando los estilos de vida, evitar fumar, tomar bebidas alcohólicas en exceso, la motivación para hacer ejercicios de carga como caminar, trotar, los ejercicios de equilibrio como el taichí, ayudan a evitar las caídas, exponerse a la luz solar para obtener la vitamina D o en suplementos vitamínicos, recomendando de 4,000 UI por día. Una dieta bien balanceada como los productos lácteos bajos en grasas, vegetales de hojas verde oscuro, salmón enlatado o sardinas con espinas, tofu, cereales fortificados con calcio, jugo de naranja, etc.
Los medicamentos para el tratamiento de la osteoporosis son el calcio con vitamina D, los antiresortivos como los Bifosfonatos que pueden ser por vía oral o intravenosa. También están los anticuerpos monoclonales que han tenido bastante éxito para el manejo dela osteoporosis que se administra cada 6 meses y su aplicación es subcutánea. Se recomienda hacerse un examen dental antes de comenzar estos medicamentos para evitar la falta de cicatrización del hueso maxilar. Otros medicamentos son los anabólicos como la Teriparatida, que es similar a la hormona paratiroidea que estimula el crecimiento óseo.
Clínica de ortogeriatría.
Esta encargada de buscar la prevención y tratamiento de las enfermedades traumatológicas de los adultos mayores, apoyados por los servicios de geriatría, rehabilitación, medicina interna, cardiología, hematología, medicina crítica, anestesiología y radiología.
La atención se divide en cuatro fases: la fase preventiva, la fase aguda en el servicio de urgencias y hospitalización, la fase subaguda o rehabilitación y la fase de monitorización o seguimiento.
En la fase preventiva tiene por objeto promover una vida saludable y prevenir los factores de riesgo como son las caídas, para evitar las fracturas de cadera, muñeca o húmero, que son las más frecuentes en esta población por la fragilidad ósea.
En la fase aguda los objetivos son disminuir los tiempos de hospitalización, mejorar la calidad de vida y tomar la mejor decisión en el tratamiento definitivo.
En la fase subaguda comprende desde el alta del paciente hasta la reintegración a su medio habitual, que comprende la rehabilitación domiciliaria.
En la fase de seguimiento hay que disminuir la morbimortalidad y comprobar la recuperación funcional por medio de la visita domiciliaria o por teléfono.
Lo más importante no es la edad del paciente sino el grado funcional que tiene el paciente, esto quiere decir el grado de independencia o dependencia que presente. Antes de ser operados deben de ser evaluados por el geriatra, el médico internista o el cardiólogo, para detectar no solo los padecimientos conocidos, sino los no reconocidos que representan problemas en la calidad de vida del paciente como son infecciones en vías urinarias, respiratorias, desequilibrio en sus electrolitos, etc. Y así pueda entrar en óptimas condiciones al quirófano.
Clínica de tumores óseos.
Los tumores óseos son poco frecuentes y pueden representar el 1% de todos los tumores óseos. Pueden originarse en cualquier hueso del organismo, pero en la mayoría de los casos puede afectar a la pelvis, los huesos de los brazos y las piernas.
Los tumores benignos son más frecuentes que los malignos, también puede haber metástasis, que son los tumores malignos que se originan en otra parte del cuerpo y se propagan a los huesos, estos pueden ser por cáncer de mama, pulmón, próstata, tiroides o del tubo digestivo, la proporción con los tumores primarios es 25 veces más frecuentes las metástasis, los huesos más afectados son la columna, costillas, cráneo, pelvis fémur y húmero, el pronóstico es malo.
Algunos tipos de tumores se manifiestan más en los niños, mientras que otros afectan principalmente a los adultos, por eso es muy importante en qué décadas de la vida se presenta. El paciente puede presentar dolor a la palpación, inflamación, cansancio, pérdida de peso en forma involuntaria, debilidad en los huesos que puede provocar fractura, lo que se conoce como fractura en terreno patológico.
El diagnóstico de los tumores es por medio de estudios de laboratorio y la toma de una biopsia, los factores de riesgo para presentar una tumoración maligna son: los síndromes genéticos hereditarios como el síndrome de Li-Fraumeni y el retinoblastoma hereditario, la enfermedad de Paget y la exposición a grandes dosis de radiación durante la radioterapia por cáncer.
Para el abordaje de los tumores se deben tomar tres criterios que son el clínico, el radiológico y el histológico, que se conoce como triangulo de Jaffe. Para el diagnóstico por imagen se puede determinar el tamaño, la ubicación y la diseminado en otras partes del cuerpo, se deben tomar radiografías por medio de una exploración ósea, tomografía axial computarizada, resonancia magnética nuclear, gammagrafía ósea y el PET/CT (tomografía por emisión de positrones) y estudios de laboratorio.
Se debe tomar una biopsia con una aguja o por medio de cirugía donde se quita el tumor o parte de él, esto permite obtener células del hueso afectado para hacer un análisis por el servicio de Patología, puede ser con ayuda de ultrasonido o tomografía.
La extirpación quirúrgica es el tratamiento más frecuente, con la osteosíntesis en las fracturas patológicas, la reconstrucción protésica, pero también puede usarse la radioterapia, la quimioterapia, el ácido zoledronico y el denozuman (que es un anticuerpo monoclonal) que inhibe al Rank-ligando, dependiendo del tumor maligno que se desee tratar.
Osteoma osteoide.
Es uno de los tumores benignos más frecuentes, son es más comunes en niños y adultos jóvenes y se puede localizar en el fémur, astrágalo, escafoides y calcáneo, en los elementos posteriores de la columna, con dolor más intenso en las noches y mejora con analgésicos.
Osteocondroma.
Se conoce como exostosis osteocartilaginosa, se localiza más frecuentemente en el fémur proximal o distal, húmero, tibia, escápula y pelvis, su presentación más común es solitaria pero puede ser múltiple y hereditaria en adultos jóvenes, se presenta como una masa dura y sin dolor, fija al hueso, su pronóstico es excelente.
Econdroma.
Afecta más frecuente los huesos de las manos y los pies, cuando es múltiple se le conoce como Enfermedad de Ollier
Displasia fibrosa.
Es más frecuente en mujeres, con una imagen de vidrio esmerilado y se presenta en la pubertad, en el fémur proximal, tibia proximal, mandíbula y costillas. Con una deformidad en la cadera en “cayado de pastor”, puede ser monostótica en un principio y en la madurez polistótica.
El fibroma no osificante.
O defecto cortical fibroso, es la lesión más frecuente como hallazgo incidental al tomar una radiografía y es por un defecto en el desarrollo, en niños y adolescentes varones, en la mayoría de los casos es asintomático.
Tumor de células gigantes.
Se presenta en mujeres entre 20 a 40 años de edad, es un tumor benigno y localmente agresivo ya que puede ocasionar fracturas, se localiza en el fémur distal o tibia proximal, radio distal y húmero proximal y un 5% puede ocasionar metástasis pulmonar.
El quiste óseo aneurismático.
Es una lesión quística proliferativa llena de sangre, en la pelvis, fémur, piernas y brazos, en las primeras décadas de la vida, en la columna puede provocar dolor por compresión nerviosa, multilobulada.
Quiste óseo solitario.
Es una cavidad que contiene líquido, es más frecuente en las dos primeras décadas de la vida, en el 50% de los casos de encuentra en el húmero, en los adultos en la pelvis y el calcáneo, pueden permanecer asintomáticos a menos que se complique con una fractura.
Granuloma eosinófilo.
Se ve en niños menores de 10 años, se acompaña de febrícula, se localiza en el cráneo, mandíbula, columna, brazos y piernas.
Osteosarcoma.
Es de los tumores malignos el más frecuente, más común en niños y adultos jóvenes, aparece en la adolescencia y en el sexo masculino, el 50% en la rodilla, húmero proximal, fémur proximal y pelvis, el principal síntoma es una masa ósea dolorosa, y en el 10% produce metástasis pulmonares, en adultos de más de 70 años está relacionado con la enfermedad de Paget o antecedente de radiación.
Condrosarcoma.
Es el segundo de los tumores malignos más frecuentes, las células producen cartílago y se localiza en la pelvis, piernas y brazos de los adultos de edad media entre los 30 a 50 años de edad, el 25% tiene una transformación maligna de una lesión preexistente como un encondroma o un osteocondroma.
Mieloma múltiple.
Es el tumor primario maligno más frecuente de células plasmáticas, entre la quinta y séptima década de la vida, el dolor es el motivo de la consulta, se localiza en la columna costillas y pelvis, puede ser único (plasmocitoma) o múltiple.
Sarcoma de Ewing.
Se presenta en la pelvis, piernas y brazo de los niños y adultos jóvenes, teniendo que hacer el diagnóstico diferencial con infecciones óseas.
Clínica de politrauma.
El trauma es la principal causa de muerte para las personas de 1 a 44 años y sólo se supera por el cáncer y los infartos en todos los grupos de edad. De acuerdo con su gravedad puede ser leve, en los que el paciente solo tiene lesiones superficiales como contusiones sin heridas ni fracturas moderados donde existen lesiones que produzcan alguna incapacidad funcional mínima y politraumatismos graves donde el paciente tiene compromiso hemodinámico, pérdida de la conciencia aumento o disminución de la frecuencia cardiaca, dos o más fracturas de huesos largos o heridas penetrantes en la cabeza cuello o tórax. La mayor parte de ellos se deben a accidentes de tránsito, práctica deportiva, caídas de grandes alturas y descargas eléctricas de alta tensión.
El manejo de este tipo de lesiones requiere un equipo multidisciplinario (múltiples especialistas médicos, Cirugía general, cirugía de trauma, cirugía reconstructora, neurocirugía, Ortopedia y traumatología, Otorrinolaringología, Oftalmología, entre otros) para proporcionar atención específica a cada una de las posibles lesiones de este padecimiento
Desde el punto de vista de Ortopedia y traumatología, en muchas ocasiones es necesario realizar procedimiento seriados, en primera instancia, cirugía de control de daños para en una segunda o tercera fase el tratamiento quirúrgico definitivo para las lesiones presentes, así como establecer las prioridades del manejo y el momento adecuado para su realización.
Clínica de infecciones óseas.
Las infecciones de los huesos son generalmente causadas por bacterias, aunque también pueden ser causadas por hongos, se pueden extender al hueso desde la piel cercana, los músculos de alrededor o a través de la sangre. Las personas con mayor riesgo de presentar esta complicación son las que padecen diabetes, mala circulación o una lesión reciente del hueso.
Los síntomas de una infección en un hueso incluyen: dolor en el área infectada, escalofríos y fiebre, hinchazón, calor u enrojecimiento del área infectada.
Un examen de sangre o un diagnóstico por imágenes (radiografías) pueden develar una infección en un hueso, en ocasiones la infección ósea no es evidente y es necesario realizar estudios de imagen como una resonancia magnética, tomografía computada, gammagrafía ósea, tomografía por emisión de positrones “PET-CT”, y en casos seleccionados de difícil diagnóstico la realización de cirugía para tomar de biopsia (fragmento de tejido) del hueso afectado para visualizar en microscopio y realizar cultivos del mismo.
El tratamiento estándar incluye utilizar antibióticos específicos para el agente que causa la infección y en muchas ocasiones cirugía para retiro del tejido infectado y limpieza del área afectada.
Clínica de pseudoartritis.
También llamada como No Unión, es una fractura de un hueso que no tiene posibilidades de curar sin intervención, en esta rara enfermedad el cuerpo detecta los fragmentos del hueso como si se tratara de huesos separados y no intenta fusionarlos.
A menudo esto es a consecuencia de una curación inadecuada de la fractura, generalmente se diagnostica cuando no existe curación de una fractura ósea en un periodo aproximado de 6 a 9 meses. Las causas son múltiples, algunas relacionadas con el paciente como la edad, estado nutricional, enfermedades preexistentes y otras como el tipo de fractura, separación de los fragmentos, interposición de tejidos blandos, infección, pérdida de hueso en la fractura, pérdida del suministro de sangre, daño muscular y las causas relacionadas con el tratamiento: reducción inadecuada o la inmovilización insuficiente.
Existen varios tipos de Pseudoartrosis con relación a la combinación de las causas antes descritas por lo que es necesario un adecuado estudio del padecimiento para ofrecer tratamientos que sean efectivos en cada uno de ellos, dada la naturaleza de la enfermedad su tratamiento es 100% quirúrgico, ya que no se ha demostrado que las estrategias no invasivas sean de utilidad para la resolución del cuadro de Pseudoartrosis.
La mayor parte de los casos requieren el empleo de injerto óseo (fragmentos de hueso de un donador) el cual puede ser producido con ingeniería genética en un laboratorio especializado u obtenido de donador cadavérico, también existe la opción de injerto bovino o porcino, los cuales han demostrado eficacia reducida para el manejo de esta enfermedad.
El mejor injerto de todos es el del propio paciente, lo cual exige en muchas ocasiones realizar un doble procedimiento en el mismo tiempo de la cirugía, el primero para la toma del injerto (generalmente de la cresta iliaca, que es el hueso cerca de la ingle) y otro procedimiento para la aplicación del injerto y el tratamiento en el sitio de la Pseudoartrosis, por lo que este tipo de procedimiento requiere un alto grado de entrenamiento y un equipo quirúrgico experto en dichas técnicas de cirugía ortopédica.
Clínica de defectos óseos.
Los defectos óseos segmentarios postraumáticos en huesos largos pueden ser secundarios a infección de fracturas expuestas, asociadas a las perdidas óseas a nivel del sitio de fractura, pueden aparecer déficits óseos relativos que se extienden a varios centímetros proximal y distal, su reconstrucción es un verdadero desafío.
El tratamiento de estas lesiones tiene como objeto aportar estabilidad y restaurar un ambiente biológico adecuado para permitir el crecimiento, la incorporación del tejido óseo y recuperar la continuidad del hueso afectado.
La reducción abierta y fijación interna con placas, asociada a autoinjerto óseo ha permitido obtener buenos resultados en el tratamiento de pérdidas óseas diafisiarias en huesos largos de la extremidad superior del adulto.
Otro método de tratamiento en la reconstrucción de grandes defectos de huesos largos es la llamada técnica de inducción de membrana, donde se coloca un espaciador de cemento en el defecto óseo y 6 semanas después se retira el cemento, se rellena el defecto con injerto óseo, proporcionando estabilidad con algún implante que puede ser un fijador externo, una placa de osteosíntesis o un clavo centro medular dependiendo de la patología inicial.
Ortopedia Pediátrica
Es una subespecialidad de la Ortopedia y Traumatología, que se encarga de las lesiones y los trastornos músculo esquelético de los niños y adolescentes.
Luxación congénita de cadera.
Es un trastorno en los una o las dos caderas están fuera de su lugar en el momento del nacimiento o en las primeras semanas de vida.
Es más frecuente en las niñas que en los niños, su incidencia es de 1 x 1,000 nacidos vivos.
Su origen es multifactorial, como la laxitud de los ligamentos, la práctica de envolver a los niños como “tamalitos”, la presentación de nalgas al nacimiento, antecedentes familiares en el 34% de los casos.
Todo esto debe ser tratado lo antes posible para aumentar la tasa de éxito en la prevención de sus secuelas. Esto es mediante una exploración temprana por el especialista.
El tratamiento varía según la edad del niño y cuando se retrasa su diagnóstico o tratamiento este último se vuelve más complicado, llegando hasta grandes cirugías.
La valoración selectiva mediante ultrasonido, sobre todo en los niños de alto riesgo, provoca un incremento en el número de caderas diagnosticadas con apariencia normal. Se recomienda en niños menores de 4 meses de edad, cuando el examen clínico no es concluyente.
Sí hay alguna duda se debe hacer un diagnóstico radiológico entre los 3-4 meses de edad, donde se trazan una líneas que nos ayudan a hacer el diagnóstico y posteriormente una nueva valoración a los 6 meses cuando empieza a caminar.
En niños mayores debe sospecharse cuando hay trastornos al caminar presentando cojera, trastornos en la postura, pliegues anormales en sus glúteos y acortamiento de una de sus piernitas.
El manejo en un principio es por medio de un aparato “abductor” para separar sus piernitas y centrar la cabeza del fémur en el acetábulo, como es el arnés de Pavlik, tomando controles radiológicos periódicamente. Sí observamos que no hay mejoría el manejo ser mediante la reducción cerrada y colocación de aparatos de fibra de vidrio.
En niños más grandes el manejo será quirúrgico, por lo que es recomendable un diagnóstico oportuno, ya que se calcula que un 10% de las próstesis de cadera que son colocadas en pacientes adultos es por secuelas de una luxación de cadera.
Pie equino varo.
Es la malformación más frecuente que afecta al pie en la infancia, la deformidad es compleja, en los casos no tratados va a haber una anomalía en los tejidos blandos secundaria a trastornos en el crecimiento en los huesos del pie, dejando un acortamiento residual del pie.
El diagnóstico se hace en la valoración y exploración del recién nacido.
El tratamiento se hace de inmediato con botas de yeso, que se cambian periódicamente en el consultorio, a lo que se conoce como “método de Ponseti”.
Sí no hay mejoría clínica o el diagnóstico es tardío el tratamiento será quirúrgico, para evitar esas secuelas residuales.
Pie plano.
Es cuando el arco plantar no se ha desarrollado y el niño ya empieza a caminar, en algunos casos camina metiendo las puntas de los pies, presentando caídas frecuentes o dolores nocturnos después de haber estado corriendo o haciendo deporte, hay desgaste y deformidad en los zapatos.
Se debe valorar por el especialista para descartar otros trastornos como astrágalo vertical, una coalición tarsal, que es una barra cartilaginosa que une los huesos del pie con trastornos para caminar o problemas neuromusculares.
Desplazamiento epifisiario de la cabeza femoral.
Es un padecimiento que se presenta principalmente en adolescentes, con el dolor en la ingle, antecedente de cojera, acortamiento de la pierna afectada y en algunos casos hay sobrepeso.
Se desconoce la causa, pero hay antecedente de traumatismos en actividades deportivas o problemas hormonales como el hipotiroidismo.
Consiste en el desplazamiento de la cabeza femoral sobre su cuello a través de su placa de crecimiento.
Afecta a niños entre los 10 a 14 años de edad y predomina en el sexo masculino en un 60% de los casos.
Es más frecuente en la cadera izquierda y en un 25-40% puede ser bilateral, se solicitan radiografía de pelvis y tomografía axial computarizada de cadera para hacer el diagnóstico.
El manejo es quirúrgico, por medio la reducción y colocación clavos o tornillos para la fijación de la cadera y evitar el desplazamiento de la cabeza, hasta que cicatrice.
Más adelante se programa al paciente para el retiro de los clavos o tornillos que se colocaron, ya que el material que colocamos es temporal.
Deformidades angulares.
Son los vicios en la alineación de las rodillas, que pueden ser normales durante el crecimiento a las que llamaremos fisiológicas y que se van a corregirse sin tratamiento como son: el genu varo o rodillas de “charrito”, que se presenta en los primeros años de la infancia, se ve en menores de 2 años de edad, más aparente con el inicio de la marcha y el genu valgo o “rodillas en X”, que es normal entre los 2-6 años de edad, se asocia al pie plano y en adolescentes con sobrepeso, más adelante se van alinear, llegando a lo que hemos llamamos valgo fisiológico.
Estas deformidades angulares deben ser vigiladas durante el desarrollo de los niños, ya que pueden ser secuelas de otras enfermedades llamadas secundarias como trastornos en el metabolismo de la vitamina D, problemas renales, etc. y crean deformidades esqueléticas en los niños, que a la larga pueden llegar a ser incapacitantes en el adulto. Su tratamiento se basa en evitar secuelas.
Se deben solicitar radiografía especiales desde la cadera hasta los tobillos para medir esos ángulos anormales y para planear las correcciones quirúrgicas.
El tratamiento es quirúrgico por medio de un crecimiento guiado temporal o definitivo, por medio de una cirugía mínima invasiva que evita o reduce una cirugía mayor con una placa bisagra que se colocan en la rodilla a nivel del fémur y de la tibia.
Otra opción son los fijadores externos, que se retiran cuando cicatrice la osteotomía o corte del hueso que se practicó para corregir la deformidad.
Acortamiento o discrepancias de miembros inferiores.
Estos acortamientos pueden ser de dos tipos, la funcional por contractura articular y la estructural por acortamiento del fémur o de la tibia, considerando significativas las que son mayores de 2 cm.
Para esto hay que hacer por medio de unos cálculos la altura que tendrá el niño al llegar a la maduración esquelética. Se tomar estudios radiográficos para valorar el acortamiento y descartar otros problemas médicos.
Los acortamientos se pueden corregir por medio de transportación ósea con fijadores externos tipo Ilizarov, bajo el principio de osteogénesis por distracción o por medio de fijadores externos Mono laterales.